lunes, 17 de noviembre de 2014

Cuatro museos en uno solo

Un lugar de conocimiento y reconocimiento de la identidad de las personas del Magdalena.

Por: Loraine Orozco 



Museo del Oro.

En Santa Marta, una ciudad turística, una perla mágica que lo tiene todo, sol, playa, mar, arena entre sus casas arquitectónicas, esculturas, plazas y parques que la  embellecen; se encuentra la Casa de la Aduana, confiscada al gobierno español con la independencia de la ciudad, tras la batalla de Ciénaga el 10 de noviembre de 1820.

Funcionó como oficina del consulado de Cartagena entre 1823 y 1825, por lo que también fue llamada como casa del consulado. En 1830  se recibe al Libertador Simón Bolívar, enfermo y luego se trasladó a la Quinta de San Pedro Alejandrino donde fallece.

Fue declarada monumento nacional en 1970, y en 1979 el Banco de la Republica la adquirió para albergar allí el Museo del Oro Tairona, allí funcionó hasta el 2008, cuando las directivas se vieron obligadas a cerrar sus puertas para llevar a cabo la restauración del lugar  y fue así como  se trasladó a una sede temporal: la Biblioteca del Emisor en Santa Marta, vecina a la Casa, en donde funcionó hasta julio de 2014.


Fue un proceso largo de restauración en el que se hizo partícipe a la sociedad  a la hora de consultar a la gente sobre qué piezas quiere que se exhiban y tener en cuenta su opinión, entre ellos a pescadores, campesinos, indígenas de la Sierra y la sabana, universitarios, escolares, vendedoras afrodescendientes.

En ese proceso de consultar a las personas sobre cómo se querían ver representadas en un lugar, llegaron muchos a contar sus historias y otros a llevar objetos valiosos, piezas de colección, como el guayo izquierdo con el cual se hizo el gol que le dio al Unión Magdalena su único triunfo en la historia del fútbol profesional colombiano en 1968.

El museo del Oro Tairona o bien conocido como la Casa de la Aduana, pasados aproximadamente seis años de haber cerrado sus puertas en el año 2008, para la restauración del lugar y mostrar en este, piezas o accesorios que habitantes de la ciudad aun guardaban en el baúl de sus preciados tesoros.

Con 565 piezas, el pasado 25 octubre el Museo del Oro volvió abrir sus puertas luego de la restauración de la Casa de la Aduana, Tiene 471 piezas prehispánicas (207 de orfebrería, 86 de cerámica, 9 de hueso, 18 de concha y 151 de piedra);  53 objetos etnográficos y 41 que fueron halladas en excavaciones realizadas para restauración del lugar.

El nuevo Museo del Oro, a lo largo de cuatro salas, encierra Sociedades prehispánicas, La gente del Magdalena, Historias desde la Casa de la Aduana y Bolívar estuvo aquí, lo cual logra que la historia de nuestros antepasados retumbe en el  presente para que los visitantes reconozcan y disfruten su patrimonio y diversidad cultural. 
El recorrido por este museo inicia en la sala la gente del Magdalena en la cual se  puede disfrutar de la diversidad  cultural y su patrimonio, en esta misma también se conmemora la estadía del libertador en  la casa y se dan a conocer las sociedades de la Sierra Nevada de Santa Marta.

En diferentes vitrales se puede observar las investigaciones de la sierra plasmando en ella dos periodos culturales, Nehuange y Tairona.


En esta vitrina se pueden observar  figuras talladas en arcilla, huesos, conchas y piedras. Este estilo es detallado con decorativos en los materiales trabajados, como lo son la cerámica, superficies lisas oscuras y pulidas, las cuales muestran los cambios o continuidades del periodo anterior.





En estas primeras salas se aparte de encontrar las variedades prehispánicas y los animales representativos de la Sierra Nevada en toda su extensión, Cesar, la Guajira  y el Magdalena, también encontramos la sala del Oro.

                                                                             Periodo prehispánico Nehuange 900 D.C – 1600 D.C.



En esta sala  encontramos diversidad de adornos, figuras de animales y lujos  tallados en oro, haciendo en esta un enfoque al hombre murciélago.
La segunda parte del recorrido se encuentra en el segundo piso de la casa en la cual se observa la diversidad cultural del Magdalena y se muestran pedazos de objetos del hogar como personales.

Terminado todo este recorrido histórico entre pasillos se da paso a la sala de la refinada mesa, en la cual se encuentra una exposición con pedazos de objetos hallados en la casa en las excavaciones arqueológicas que se realizaron en el proceso de restauración.

En esta se encuentran picos de botellas, restos de pipas, pedazos de platos, vasijas, pocillos, un cepillo de dientes, hebilla de un zapato entre otros artículos.
Se le denominó así a la sala porque se estima que en ese lugar se encontraba la mesa de comedor por la estructura de la casa y se encuentra a pocos pasos de la cocina.
Y terminando el recorrido se encuentra la sala donde se encuentra una observación de la cultura del Magdalena en la que se exponen leyendas, bailes y personajes y culturas de nuestra región. 

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