Vestimenta y
accesorios de los Arthuaco o Wintukua.
La
Sierra Nevada de Santa Marta, actualmente está conformada por cuatro pueblos
indígenas, los cuales son: Koguí, Arthuaco o Wintukua, Wiwa o Arsario y
Kankuamo. La concepción que poseen estas comunidades es de suma importancia, puesto que, ellos consideran que la Sierra
Nevada es el corazón del mundo y es una
tierra sagrada de donde fluyen las fuentes de conocimiento y por tal razón,
debe ser cuidada a través del respeto de los principios tradicionales y sobretodo
espirituales.
Muy a pesar de que sus idiomas y sus vestimentas varían, a ellos los une su visión de la creación y es
una de las maneras por las cuales interactúan y
rigen una ley, la ley de Origen. Ley que está consagrada en cada esquina
de la Sierra Nevada de Santa Marta, que guarda los principios y normas para la
vida material y espiritual de los
indígenas.
Mitos y leyendas
‘Se va el caimán’
La leyenda del Hombre Caimán es una de las
historias de la cultura ribereña. Narra el mito, que un joven se convirtió en
caimán para espiar a las mujeres cuando se duchaban desnudas en el río y en
vista de esto, buscó una estrategia para poder hacer sus fechorías y buscó dos
aceites que fueron innovados en la Guajira, uno para ser caimán y otro para
retornar a su estado humano. Un día se untó el primero pero el segundo se le
derramó, salpicándole la cara, lo que le
volvió su apariencia humana
únicamente en el rostro y el
brazo izquierdo y desde entonces anda
por el río Magdalena en forma de Hombre Caimán.
El origen de la leyenda es Plato.
Etnias culturales
Palenques en Santa Marta
Se
puede decir que gracias a los malos tratos que recibían los esclavos de los
españoles, los llevaron a que muchos de
ellos con tendencia africana hicieran un plan de fuga. En las llanuras del
Caribe, a lo largo del río Magdalena y en la Sierra Nevada de Santa Marta, los
cimarrones encontraron lugares escondidos, dispersos y fértiles para asentarse y rehacer su
cultura en libertad, lejos de aquellos tormentos y desafíos por los que tenían
que pasar.
Alrededor
de la Sierra Nevada se crearon palenques en La Ramada (cerca de Dibulla), el
río Palomino y Santa Cruz de Masinga, defendidos por empalizadas, grandes fosas
y púas envenenadas.
Y
cuando tuvieron esa independencia comenzaron los palenqueros a elegir sus propias autoridades y reyes,
como lo hacían en sus reinos de África
antes de que los españoles aparecieran en sus tierras, y comenzaron sus cultos
y fiestas
combinadas
y adaptadas con sus tradiciones. Sembraban mandioca, maíz, plátano, ñame,
arroz, calabazas, frijoles, caña de azúcar, tabaco y algodón.
Los bogas en el Magdalena
Inicialmente
fueron los indígenas que hicieron parte de esta actividad, luego numerosos
esclavos de ascendencia africana, sirvieron como bogas o remeros. A fuerza
de brazo, se lanzaban al hombro los costales
y los trasportaban en champanes y canoas por el río y la ciénaga, aquellas mercancías traídas de
Europa y los productos locales, como plátano y pescado, así como los viajeros
de todas las nacionalidades.
Loa
champanes fueron hasta la llegada de los
vapores, el principal medio de movilización entre las fundaciones españolas en la costa Caribe colombiana, las
ribera del río y la Nueva Granada.
Viajeros por el Magdalena en
el siglo XIX
Gaspard
Théodore Mollien (1796-1872)
Diplomático
francés, arribó a Colombia en 1823 para explorar las posibilidades comerciales
de país y emprendió varios viajes: de
Cartagena a Bogotá utilizando la ruta del río Magdalena, de Bogotá a Popayán.
Carl
August Gosselman (1800-1843)
Viajero,
comerciante y explorador sueco, visitó Colombia en dos oportunidades; entre
1825-1826 y luego en 1837. En su libro de memorias, Viaje a Colombia
1825-1826,
en el que describe cómo fue su experiencia en su ascenso en el río Magdalena, una de sus mejores
experiencias.
Élisée Reclus (1830-1905)
Geógrafo
francés, creador de la Geografía Social y miembro anarquista de la Primera Internacionalidad. En 1855 llega a la Nueva
Granada aspirando fundar una colonia
libertaria en la que primara la igualdad, y permanece aquí
hasta 1857. Escribe un extenso relato sobre su estadía en la Sierra Nevada de
Santa Marta: Voyoge a la Sierra Nevada de Sainte
Marthe.
Y
un sin número de personas que han hecho parte de todas las maravillas del
departamento del Magdalena, tanto que hicieron su propia versión desde cada uno
de sus puntos de vista para contar más allá de la región Caribe.
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