El
pasado sábado 25 de octubre abrió sus puertas al público en Santa Marta el
Museo del Oro Tairona - Casa de la Aduana, un regalo del Banco de la República
para todos los colombianos.
Por: Ana Lozano
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Museo del Oro Tairona- Casa de la Aduana |
Caminar,
observar, deleitar nuestra mente con tan excelente información que en los
pasillos de cada sala explorada encontraban en cada imagen o monumento la
historia que muchos no conocen de nuestro país Colombia. Al entrar en ese mundo
mágico donde se chocan con personajes que realizaron hermosas prendas y
objetos, para subsistir, que hoy en día son tan valiosas y apetecidas por el
público para admirar la firmeza que proyectaron nuestros descendientes y nos
brindaron ideas para mejorar en la orfebrería y en los vestuarios que habitualmente usamos.
La
Casa de la Aduana es la que recoge la
memoria de Santa Marta y su región. Esta sala nos sirve de espacio para
aprender más sobre la historia del Magdalena desde el período de la conquista,
la figura de Don Rodrigo de Bastidas, las expediciones conquistadoras que
surgieron desde Santa Marta al resto del país. Si pudiera hablar, nos contaría
sobre los sucesos con los piratas y sus constantes saqueos e incendios y nos narraría un poco de los conquistadores y
esclavos que fueron partícipes de tan
importantes eventos.
La
restauración que realizaron con esta casa fue indudable una de las mejores cosas
que han podido hacer para la región del Magdalena porque desde aquí inicia todo
lo que es hoy en día Santa Marta y la Sierra Nevada. Es una guía extraordinaria
y más por tener información tan descriptiva que hace que el público tenga la
necesidad de saber cada vez más.
La
casa consta de 4 salas, las cuales toman el nombre de: sociedades prehispánicas
(está dedicada a la arqueología de la Sierra Nevada de Santa Marta en los
periodos Nahuange (200 a 900 d.C.) y Tairona (900 a 1600 d.C.) e incluye una
impactante sala de orfebrería), la gente del Magdalena, historia desde la Casa
de la Aduana, y Bolívar estuvo aquí. Los espacios del nuevo museo poseen una
actividad interactiva para niños y jóvenes, al mejor estilo de los grandes
museos del mundo. Enfocándose principalmente en la creatividad pero no dejando
la antigüedad que es lo que identifica a este preciado tesoro.
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Arte indígena |
En
el segundo piso se encuentra la sala etnográfica que resalta la diversidad
cultural de todo el Departamento. Esta sala representa a la gente del
Magdalena: los indígenas de la Sierra Nevada y sus alrededores: Koguis, Wiwas,
Kankuamos, Arhuacos, Bondiguas, Gairacas, y Chimilas. También habla de los
afrocolombianos que residen en Santa Marta, las minorías negras que se han
establecido en los alrededores de la ciudad como en el barrio Cristo Rey, La
Paz, y una más central, pero igual de emblemática, la residente en el barrio
Pescaíto.
Al
pasar por cada una de estas salas se siente la libertad de explorarlas, porque
en cada rincón de ellas hay historia por contar. Es entrar a una época y salir
siendo unos sabios en cuanto a sus culturas, sirviéndole de guía a los turistas
y hasta a los mismos samarios porque muchos
no sabían qué era un Museo del Oro Tairona.
Este
espacio nos brinda la oportunidad de conocer de los pescadores tanto de
Taganga, como los de otras playas. La población múltiple que habita en los
pueblos palafitos. La gente de los municipios con sus tradiciones, como el
Caimán que se comió a Tomasita, historia de la Leyenda del Hombre Caimán de
Ciénaga. Sin excluir a la población samaria originaria de una travesía
histórica marcada por la colonización y la inestabilidad de sus residentes en
esta ciudad.
Teniendo
en cuenta que la reconstrucción fue un reto en cuanto a conservación de la
infraestructura de la vieja casa, los arqueólogos fueron cuidadosos en guiar a
los constructores para recuperar su fidelidad arquitectónica. En ella pudimos
observar en la que era la cocina que los arqueólogos encontraron: un cepillo de
dientes, un espejo, vasijas, clavos y objetos pequeños que cuentan la historia
de los personajes que la habitaron desde hace muchos años.
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