domingo, 28 de septiembre de 2014

Dinastía Zabaleta: una historia que no tiene fin

Al escuchar hablar de vallenatos la trayectoria es inmensa, que quizá, no podremos terminar de estudiar o conocer el verdadero vallenato, que es una tinta indeleble.

Por: María Zabaleta
Armando Zabaleta

Podríamos iniciar con  muchas de las diversas dinastías hoy existentes y que hacen parte de esta larga historia. Sin embargo,nos tomamos la tarea de escoger una de las más reconocidas, donde en su descendencia se encuentran: ganaderos, comerciantes, médicos, abogados, pero menos cantante de este género, que hoy ya es historia que cada día crece y hace parte de esta formación, que busca dejar su propio sello del cual se tiene la expectativa  perdure por siglos, al ser interpretado en diferentes dinastías y con distintos estilos. 

Hablar de la dinastía Zabaleta, es retroceder en un sinnúmeros de historias plasmadas en una sola voz y en sitios donde hoy solo podemos  encontrar relatos que jamás volverán a ser las mismas.


Una de las historias más fantasiosas de esta dinastía, es tal vez la vivida en el departamento de La Guajira, exactamente en el municipio de El Molino, donde su reconocida vivencia hecha realidad, ha dado al mundo del vallenato el aporte mas significativo de su historia; una que no tiene fin y que inició hace menos de un siglo con Armando Zabaleta, un compositor y cantante  nacido en esta región, y que según los que conocieron de cerca sus vivencias, saben que para hacer lo que se quiere, solo se necesita respeto, amor y voluntad, algo que tuvo de sombra este personaje que hoy ya es historia, puesto que murió en el 2002, dejando como herencia a uno de sus seis hijos la interpretación del acordeón: Luis Guillermo Zabaleta, quien siendo acordeonero de Felipe Peláez, va haciendo de esta legendaria trayectoria que no tiene fin, raíces que cada vez crecen y dan de qué hablar. 

Este personaje que enmarca y parte en dos un hecho real, al componer y cantar al mismo tiempo lo que la melodía iba diciendo a una sola voz, lo que se quería mostrar y que sigue siendo historia en estas calles polvorientas, del municipio que vio nacer  a Armando Zabaleta  y su descendencia y uno a uno de los hoy exponentes de este hermoso género musical, que cada día sigue creciendo y dejando huella.

Es importante recordar que Armando Zabaleta, deja muchas composiciones vallenatas y que fueron interpretadas por distintos cantantes de este género que le dio vida y las ganas de interpretar la emblemática canción  “No coy a Patillal”,  tema con el que gano el concurso de canción inédita del  VI Festival de la Leyenda Vallenata, donde narra la tristeza por la muerte de su amigo, el compositor Freddy Molina. Canción que años más tarde es grabada por el reconocido cantante  Jorge Oñate, entre muchas otras melodías compuestas por él.

Es de recordar tristemente, que este género pierde a este exponente en el 2002, pero que su mismo legado e itinerario quedan dentro de sus familiares, entre ellos, hijos, primos, hermanos y sobrinos que siguen dejando en alto su dinastía, puesto que también son interpretes, ejecutores de estos instrumentos y hoy reconocidos cantantes como lo es su sobrino Luis Alberto ‘Beto’ Zabaleta, quien escucha las primeras notas musicales de su tío, quien a la vez hace lo mismo de su padre, hace más de una centuria, cuando aprendió, interpretó y ha dejado esto que hoy sigue siendo historia musical.

La dinastía Zabaleta, nace años atrás, en medio de un caserío a las afuera del Molino, donde una familia integrada por padre, madre y 13 hijos, de los cuales la mayoría tocaban instrumentos, otros se encargaban del ganado, del cultivo, y demás ocupaciones derivadas del ambiente del pueblo en el cual vivieron la mayor parte de su vida. Armando, quien siempre fue un joven inquieto, escuchando a un tío ejecutar el acordeón, Gregorito Zabaleta se inclina aun más por este género y llegan a convertirse en la familia que mas sobresalió al momento de hablar de vallenato y de interpretarlo, como hasta hoy lo siguen haciendo sus hijos, sobrinos y nietos.

Dentro de esta reconocida dinastía musical, resaltamos a uno de los más reconocidos integrantes  de esta familia como lo es ‘Beto’ Zabaleta, hoy cantante de este género y reconocido por su trayectoria y quien hereda de sus abuelos y tíos, la inclinación para interpretar y componer de la  misma forma que años atrás lo hicieron ellos mismos, sus, padres y tíos, los cuales dejaron sus estudios para dedicarse a la música, historia que se repite con él, cuando deja muy joven su universidad y carrera de derecho, para dedicarse a la parranda, como le decían muchos, pero que para él es su vida, puesto asegura que la música  vallenata le ha dado todo y asegura, aplica esta misma predilección guiando a sus hijos, por lo menos a dos de ellos, quienes actualmente se preparan en la escuela dl Turco Gil en Valledupar, como ejecutores del acordeón y el canto vallenato.

Un pollo que se hizo gallo

Armando Zabaleta, parte en dos la historia de su vida, cuando siendo muy joven se dedicaba a lo que fue su mayor medio de supervivencia, componer lo que quería expresar, para sentirse vivo al escuchar sus propias melodías.

Hoy, con tantas historias escondidas en medio de una hamaca grande, un taburete, un árbol  o ‘palo’ de mago como llaman por costumbre estos compositores vallenatos a sus formas de inspirarse para cantar debajo de sus frondosas ramas, donde su mayor inspiración siempre fue la mujer, el mayor motivo de Armando, sus hijos, las cristalinas corrientes del río que atravesaba su patio, o los mismos animales que hacían parte de su trabajo y por qué no, a la soledad, al amor y lo que fue mas especial para él , a la  verdadera amistad.


Armando Zabaleta en sus tiempos de parrandas inolvidables, jamás dejó de cantarle a sus amigos de fiestas. Tanta fue su entrega que llegó a pelear con su novia de aquel entonces por una parranda dedicada a su gran amigo Jaime Molina, ese que es de inspiración hasta el día de hoy para muchos de los jolgorios que solo tienen sabor al único vallenato autóctono que siempre ha existido, aunque hoy en día no contenga esa misma esencia, por lo cual el mismo Armando compuso melodías de críticas para no perder el verdadero sentido del vallenato.

Un cantautor sentimental, un parrandero empedernido, un amigo único, un padre ejemplar, un vecino sin complicaciones y hombre que fue motivo de discordias entre muchas mujeres del pueblo y sus alrededores; donde llegaba se inspiraba y dejaba huellas, no solo por sus bellas melodías, sino por su forma de enamorar a cuanta mujer bella se acercara a escucharlo cantar, o verlo apostar en una pelea de gallos, que también fue su debilidad y que siempre terminaba con un buen sancocho que no podía faltar en sus únicas parrandas inolvidables.  

Con esta melodía años atrás compuesta y cantada por él, para despedirse o recordar a su amigo fiel, cuando parrandeaban juntos en Valledupar y terminaban en Patillal, al norte de la ciudad,  donde verdaderamente se teje esta bella melodía, que fue interpretada por su propio hijo en muchas de las entrevistas, donde pudo acompañar a su padre y de esa manera también darle a conocer al mundo que no solo en peleas de gallos se sabe batallar, sino también heredar cual es la mejor pelea, cuando se ejecuta un acordeón y se canta con el mismo sentimiento que un día lo hizo su abuelo.

Hace pocos años su padre y hoy en día él, sí, el mismo hijo trastoca con esta obra maestra del vallenato y llena de mucho entusiasmo entre la gente, saber que su nombre empieza a ser reconocido gracias a la trayectoria musical de su dinastía. Hoy, Luis Guillermo Zabaleta sabe llevar y relucir de la mejor manera  la herencia dejada por su papá.

Para seguir hablando  de éste personaje, me vi en la tarea de entrevistar a uno de los amigos entrañables y compadre de Armando Zabaleta, el mismo que hoy en día se ha ganado uno de los puestos más respetados a la hora de expresar en los micrófonos de su programa radial, cual es el verdadero sentido del vallenato tradicional y único que existe y no puede perder su esencia.

Él es conocido como 'El Maestro', así le llaman por cariño y respeto, por todo el conocimiento folclórico que tiene acerca de esta cultura vallenata y única en el mundo. Este periodista empírico radicado en la ciudad de Valledupar, nace en San Juan del Cesar y por motivos de  trabajos termina en esta ciudad, donde se tejen estas historias fantásticas que no tendrán fin, y que el mismo Isaac León Durán,  hoy nos comenta las vivencias compartidas con Armando Zabaleta.

¿Quién fue Armando Zabaleta para la música vallenata?

Sin duda alguna después del maestro Rafael Escalona, Leandro Díaz, Lorenzo Morales, Hernando Marín  y muchos otros más exponentes y conocedores de este género, él fue único, un hombre sin pena al levantarse cuando se caía, que cantaba con dolor y sabía disimular su nostalgia al decir que no era su caso, un amigo que daba lo que tenía por los otros, un celoso al momento de comparar el verdadero vallenato, podría asegurar que ‘Mandito’ como yo le decía fue un hombre lento, pero jamás atormentado, que supo darle lugar a cada cosa de su vida sin dejar de lado lo verdadero importante para él,  el verdadero vallenato.

¿Si dejáramos de lado el vallenato, cómo podríamos describir Armando Zabaleta,  para usted?

Un mujeriego, descomplicado, pero que muchas veces dejaba tirada las peleas de gallos ya pagas, para irse con la que le picara el ojo, aun estando ya acompañado de mujeres , pero siempre supo hacer sus cosas, a todo eso luego le componía una melodía que terminaba siendo parranda.
Además, Un hombre serio en sus decisiones, sin pelos en la lengua, amante de lo que hacía y celoso del vallenato, no le gustaba el vallenato de hoy, decía que eran puros brincones, que le cantaban  a cualquier cosa y si cantaban a la mujer, la mayoría no tenían novias. Algo que para él no tenía sentido, aseguraba que el vallenato ya no es vallenato y que el verdadero solo necesitaba una caja, una guacharaca y un acordeón, el de ahora tiene hasta pito y no es vallenato tradicional.

¿Qué es lo que más recuerda de Armando Zabaleta?

Todo, sin duda alguna es imposible olvidar a personajes como este, creo que es el único que se ha atrevido a cantar una diatriba al Maestro y reconocido novelista Gabriel García Márquez, quien al escuchar lo que Armando le compuso e interpretó dice, es único dejándolo rojo en una parranda familiar, eso recuerdo yo. Un hombre franco fue Zabaleta y sus pasos no terminaron, siguen cada vez en su familia. Sus hijos y su sobrino, Beto Zabaleta,  hoy uno de los exponentes más románticos del vallenato y que por cierto será casualmente homenajeado en esta nueva versión del festival de Villanueva La Guajira, donde Armando dejó un legado grande a la hora de mostrase como era, autentico.

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