Por: Andrea Gallardo
El
pitazo inicial le otorga el balón a los pies de los visitantes, pero no llegaban a la portería con ocasiones
especialmente claras. Liderando como siempre ex jugadores de fútbol y defendiéndose
el equipo de Cajamag, disputan un recital de fútbol en un encuentro que sirvió
para encumbrar a las estrellas pasadas del fútbol colombiano.

Entre unas frías y el
son sonar de un vallenato, un conocido jugador retirado que nació el 26 de
diciembre de 1980, en la ciudad de Barranquilla se presenta como Roberto Polo,
delantero de nacimiento que creció en un barrio humilde de ‘la arenosa’ y en un
partido de barrio fue fichado por quien le dio la oportunidad de jugar en una
escuela de fútbol y le aseguró un futuro profesional, pero por ‘falta de
recurso’ este puntero rechazó el consejo.
Pero era tal el interés
de este gran ser humano que decidió patrocinarlo, cubriendo todos los gastos
para ver a Polo triunfar y fue así como éste neófito consigue sus primeros
guayos y juega en la Primera C en Soledad, se prueba en el Junior y solo
consigue pasajes para Santa Marta en donde se realizaba una convocatoria para
cuatro cupos, entre esos dos para su posición; entre más de mil jóvenes
soñadores Roberto fue escogido, y este fue el inicio de un sueño que se hizo
gloria al ser convocado a la selección Colombia como reemplazo de Radamel
Falcao García anotando dos del 5-2 a
favor de Colombia en el juego contra Venezuela.
Este ex jugador
menciona singulares conflictos que se presentan en la cancha entre esos ‘pechar
y rodear al árbitro’ porque se equivocó, pero destaca en ellos la autoridad y la disciplina que
ahora mismo caracteriza a un samario estrella, Juan Pontón árbitro categorizado
por la Federación Internacional de
Futbol Asociados, FIFA, que como ser humano y juez tiene la tarea más ardua en la cancha, no
equivocarse.
Así mismo, Lin Carlos
Henry jugador samario que creció en el barrio Simón Bolívar es la muestra de
que ‘uno no es profeta en su tierra’ puesto que debutó en el Unicosta de
Barranquilla, este volante mixto fue campeón con el Cúcuta en el 2006, equipo
en el que vivió su mayor alegría cuando
a 30 metros de distancia anota un gol de tiro libre y le da la victoria
a su equipo y un puesto en la Copa Libertadores.
Pronto se graduará como
director técnico de futbol profesional y comenta que desde esta posición
reconoce que admira a los árbitros, seres humanos que en fracción de segundos
deben tomar decisiones y que son difíciles de querer cuando se equivocan pero
califica de magnifico el papel de Pontón que ha demostrado criterio,
personalidad y seriedad; y que además confirma que en esta tierra de futbolistas también salen
buenos árbitros.
Un colega de Lin Carlos
interrumpe el tema y reafirma la calidad humana y profesional de éste grande
del arbitraje, Richard Pontón es entrenador técnico del equipo de Cajamag,
hermano de ‘Juancho’ como le dicen los amigos, Richard afirma que él lo trajo hasta Santa Marta, en
vista que su hermano al igual que él tenían futuro como futbolista, de diez
hermanos tres de los Pontón soñaban con llegar a la profesional pero solo
Richard lo fue como futbolista, Juan como árbitro y su hermano mayor como
persona, porque los golpes de la vida lo lesionaron y solo hoy Juan hace su
sueño realidad.
En el tiempo que éste
hermano orgulloso fue futbolista celebraron juntos las glorias y derrotas cien
partidos se poyaron cuando Richard se agravó de sus rodillas por ruptura del
ligamento cruzado y hoy día como cuando eran niños se apoyan en el éxito de
‘Juancho’. Y se alegra de la decisión
oportuna de su hermano por el arbitraje, “esa es su vocación para el orgullo
del departamento”, afirma con una sonrisa de orgullo.
Pero, ¿De dónde salió
el aliento para el silbato inicial?, en una tierra de futbolistas nace un
árbitro estrella, Juan Pontón se suma a la lista trayéndole a la costa Caribe
un nuevo réferi con la escarapela de la FIFA, condición que no se presentaba en
dicha región desde hace muchos años cuando Jesús Díaz logró el mismo
reconocimiento.
Silbato
inicial

Recuerdos que aún
guardan esos pequeños, caso de uno de esos amateur que hoy se encuentra
entrenando en el Cúcuta Deportivo, buscando un cupo para ser profesional.
Brayan Gallardo un samario con hambre de fútbol y sueños de gol afirma que es
un orgullo ver a ‘Juancho’ donde está y es ese ejemplo de superación que me
impulsa a seguir en esto, a pesar de lo difícil que es alejarte de lo que amas es placentero hacerlo por acercarte a lo que
te apasiona.
Con 34 años recuerda su
origen con orgullo, y una sonrisa
sensitiva expresa haber tenido una niñez
muy hermosa, “donde nos bañábamos en el río, jadeábamos el ganado y jugábamos
fútbol” refiriéndose con cada gesto a su talentoso equipo de sangre, sus once
hermanos. Orgullo de una madre aficionada a los sueños de sus hijos, que no
abandona su lucha de consejera y alcahueta a pesar de la distancia que los
kilómetros separan, pero que la televisión y una llamada antes del juego unen,
afirma la madre de los Rodríguez.
En
la banca
Este como todo partido
no tenía aun definido los titulares, y Pontón no fue escogido, le toco banquear
mientras se lucía por años en el mercado público de Santa Marta, bulteando anhelos
en sus hombros y empacando fuerzas en la Distribuidora el Sembrador,
Juan se destacó por ser un trabajador confiable y de admirar, entrenaba a las
cuatro de la mañana y se le daba permiso de llegar al terminar. Pero la
posibilidad de un futuro corriendo por los campos de juego que siempre soñó no
lo despegaron de la tierra, pues nunca abandonó su trabajo.
El esmero y la
disciplina de este joven lo ha llevado hasta donde está afirma el dueño de la
empresa, Joel Gallardo junto con sus empleados lo recuerdan mucho y
constantemente lo llaman a felicitarlo. Entre risas, sus antiguos compañeros de
trabajo dicen que Juan siempre ha sido “echado para adelante”, cuando pitaba en
la B nunca rechazó trasnochar empacando cuando algún viaje de mercancía
llegaba, trabajaba los sábados, y ahorraba las dos quincenas, pero también lo
estiman por vanidoso pues en uno de los
tantos viajes en carreta le cedía el manubrio de esta a sus compañeros y se
subía al andén cuando veía salir las niñas del colegio cercano al sector, así
mismo uno de sus amigos de la empresa Erwin Cantillo, comenta que siempre que
‘Juancho’ pita, nos vemos el partido.
Calentamiento
Aunque en los sueños de
Pontón siempre estuvo correr en una cancha de fútbol, pero nunca acompañado de
un pito ni alejado de un balón. Amar el arbitraje fue la coincidencia más linda, y aunque
siempre quiso jugar de volante 6, en el mediocampo de un estadio de fútbol.
Cuando esas dos tarjetas y ese silbato se interpusieron supo que esto siempre
había sido lo suyo, y las oportunidades fueron haciéndose mejores y más exigentes.
Iniciando en la Primera D como su sueño de niño, pero esquivando el balón, considerando jugadas
e impartiendo justicia.
Y si bien en la
posición menos famosa del mundo en un campo de fútbol y con los peores cánticos,
este arbitro calienta con pasión su corazón antes de iniciar y encomendado a
ese Dios avanza a la primera A del fútbol colombiano, después de dos años de
perseverancia y de sudar una camiseta con decisiones que marcan el éxito de una
jugada.
Ilusión
de juego

Este arbitro de
estatura destacable y mirada sincera, observa con orgullo su éxito profesional
visionando su realidad sentado en frente de una cancha de micro fútbol; campos
que toda la vida lo han acompañado y le han acelerado las pulsaciones más
remotas del corazón y que hoy lo enorgullecen desde la tribuna viendo a su hija
menor María Claudia disfrutando del fútbol, compitiendo por un triunfo. Otra
integrante del equipo Pontón que hoy viste la camiseta de la Selección
Magdalena y el orgullo de ser hija de su
padre.
Pitazo
final
Cuando arbitras un
partido de fútbol sudas responsabilidad y son escasos segundos los que tienes
para decidir, son muchas las intenciones de juzgar pero es más alta la
responsabilidad y cuando las cosas se complican una tarjeta calma a una tribuna
y molesta a la otra, asegura este juez de cancha. Quien recuerda entre sus más
difíciles partidos el que tuvo que pitar entre Once Caldas vs Tolima, cuando el
jugador Wilder Medina volvió a la cancha después de haber sido expulsado por
uso de drogas, Medina anotó dos goles y cada movimiento lo sufrí, fue un
partido muy cerrado pero siempre tuve en mente la objetividad del juego y
gracias a esto culminó de la mejor manera.
Es de humanos errar y
de árbitros también, pero nunca enmiendo un error, sería como equivocarme el
doble, simplemente dejo el error atrás y trabajo para demostrar calidad,
asegura Juan que es su estrategia para ser de los mejores.
No
hubo una definición, el empate lo llevó a tiempo extra, pero Juan no se rinde y
en esos quince minutos de juego se luce y con una brillante jugada consigue
otro triunfo, un distintivo de calidad y la opción de dirigir el torneo Esperanzas
de Toulun 2014, en Francia. Noticia que lo condecora y que lo llena de
seguridad que para el próximo mundial pisará campos de futbol rusos, ‘en el
nombre de mi Dios’ afirma este samario que le demuestra al mundo que en Santa
Marta también nacen estrellas del arbitraje.
Pontón, un estandarte
del arbitraje colombiano se despide diciendo, que el tiempo de Dios es perfecto
y esto equivale a 90 minutos más tiempo extra de amor, pasión y responsabilidad.
Noticia para su
familia, su tierra y su país dada a conocer por el periodista Luis Fernando
Benjumea quien se encontraba en la ciudad de Cali, en el Estadio Olímpico Pascual Guerreo mientras el Unión
Magdalena disputaba tres puntos contra
del Depor Fútbol Club, cuando escuchó el dato que nuestro árbitro FIFA era uno
de los tres colombianos que dirigirán el torneo
en Francia, donde solo van los mejores.
Consideraciones
expresadas por el comentarista samario de fútbol quien no solo lo cataloga como
un excelente profesional que se ha destacado como juez, sino que es una persona excepcional que
no se deja afectar por los comentarios inescrupulosos, como los manifestados
por el técnico del Boyacá Chicó, Eduardo Pimentel, quien por una red social
dijo que era una vergüenza y no debería ser más designado en lo que quedaba del
torneo, y no tuvo pruebas para comprobarlo solo un mal carácter que con esta
noticia lo avergüenzan y en cambio luce a Juan Pontón como lo que es, un
luchador con ganas de triunfo, un personaje samario que esboza que el talento
depende de la inspiración, pero el esfuerzo depende de cada uno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario