lunes, 7 de abril de 2014

Secretos de Macedonia

Alejandro Magno, uno de los guerreros más famosos que nos ha regalado la historia antigua y universal, alabado por muchos seguidores por su fascinante vida, fue el creador de la época helénica y una gran ciudad, Alejandría.


Por: Lorena López



Un pequeño niño de trece años con ojos grises y marrones a la vez, cabello rubio y buen parecer, no podía pasar desapercibido por el mundo sin marcar historia y convertirse en uno de los personajes más importantes desde épocas remotas, como lo seríamos usted o yo si hubiésemos contado con Aristóteles como maestro de la vida.

A tan corta edad, Alejandro Magno llevó sobre sus hombros la gran responsabilidad de manejar un imperio y un pueblo, de conquistar lugares desconocidos y de siempre ser lo que sigue siendo hoy, un símbolo universal de poder y soberanía.

Educación y carácter del gran hombre

El gran Alejandro en su niñez puso todos sus esfuerzos en estudiar matemáticas, filosofía, política, historia, ética, literatura, geografía, medicina, el arte de la guerra y el atletismo pues quería seguir los pasos de grandes héroes del mundo helénico.

Desde pequeño siempre fue motivado por el título que llevaba desde haber sido parido por su madre, quien le adoraba sin importarle nada y que como el resto de Macedonia le postraban en un altar, un título que hacían de él un hombre con un carácter muy fuerte, serio, ambicioso, testarudo, descarado, hábil y audaz. Siempre quiso imponer su voluntad sin dejarse dominar, pero es en el 329 a C cuando su carácter empieza a cambiar considerablemente, llevado por el cansancio, el estrés, el estar lejos de su tierra, el estar contantemente en guerra y conquistando territorios.

Según los estudiosos sobre Alejandro Magno, fue entonces cuando empezó a sufrir problemas de razonamiento que le llevaba incluso a estar siempre irritado o a llegar a librarse de todo aquel que se interponía en su camino.

La leyenda de Bucéfalo

Uno de los detalles poco conocidos de este personaje es la leyenda de su caballo Bucéfalo, éste era descendiente de un dromedario y un elefante, algo prácticamente insólito. Desde pequeño intentó domarlo para posteriormente poder viajar con él por tierras lejanas. Quizás fue este quien le acompañó hasta el final de sus días.

El secreto

En la era de Alejandro, siendo el mundo tan distinto a lo que es hoy, existían aspectos de la vida inadmisibles pero a la vez aceptables. Es absurdo admitir que en aquél entonces se admitiera con mucha más naturalidad la homosexualidad que en nuestra época actual.

Se dice que Alejandro era homosexual, no a ciencia cierta, pero se dice. Incluso es probable que su harén simplemente fuera una pantalla de admiración y devoción a la mujer, pues en el fondo sus deseos sexuales iban inclinados hacia su mismo sexo. Quizás su ejército lo sabía y lo veían natural, es ahora cuando Alejandro Magno se habría visto discriminado por la sociedad.

Muerte de un grande

El triste final de Alejandro Magno llegaría el día 13 de junio del 323 a.C, cuando muere en Babilonia por la picada de un mosquito que le contagió de paludismo. Unos días antes, durante una fiesta, cayó gravemente enfermo con fiebre alta y pocas horas después murió, irónicas  condiciones por su estilo de vida.

La historia sobre este personaje atraviesa fronteras, sin importar sexo, religión o color. Fue un hombre grande, un símbolo, y es ello lo que debe marcar nuestra historia.


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