Alejandro Magno, uno de los guerreros más famosos que nos ha regalado la historia antigua y universal, alabado por muchos seguidores por su fascinante vida, fue el creador de la época helénica y una gran ciudad, Alejandría.
Por: Lorena López
Un pequeño niño de trece años con ojos grises y marrones a
la vez, cabello rubio y buen parecer, no podía pasar desapercibido por el mundo
sin marcar historia y convertirse en uno de los personajes más importantes desde
épocas remotas, como lo seríamos usted o yo si hubiésemos contado con
Aristóteles como maestro de la vida.
A tan corta edad, Alejandro Magno llevó sobre sus hombros la
gran responsabilidad de manejar un imperio y un pueblo, de conquistar lugares
desconocidos y de siempre ser lo que sigue siendo hoy, un símbolo universal de
poder y soberanía.
Educación y carácter del gran hombre
El gran Alejandro en su niñez puso todos sus esfuerzos en
estudiar matemáticas, filosofía, política, historia, ética, literatura,
geografía, medicina, el arte de la guerra y el atletismo pues quería seguir los
pasos de grandes héroes del mundo helénico.
Desde pequeño siempre fue motivado por el título que llevaba
desde haber sido parido por su madre, quien le adoraba sin importarle nada y
que como el resto de Macedonia le postraban en un altar, un título que hacían
de él un hombre con un carácter muy fuerte, serio, ambicioso, testarudo,
descarado, hábil y audaz. Siempre quiso imponer su voluntad sin dejarse dominar,
pero es en el 329 a C cuando su carácter empieza a cambiar considerablemente, llevado
por el cansancio, el estrés, el estar lejos de su tierra, el estar
contantemente en guerra y conquistando territorios.
Según los estudiosos sobre Alejandro Magno, fue entonces cuando
empezó a sufrir problemas de razonamiento que le llevaba incluso a estar
siempre irritado o a llegar a librarse de todo aquel que se interponía en su
camino.
La leyenda de Bucéfalo
Uno de los detalles poco conocidos de este personaje es la
leyenda de su caballo Bucéfalo, éste era descendiente de un dromedario y un
elefante, algo prácticamente insólito. Desde pequeño intentó domarlo para
posteriormente poder viajar con él por tierras lejanas. Quizás fue este quien
le acompañó hasta el final de sus días.
El secreto
En la era de Alejandro, siendo el mundo tan distinto a lo
que es hoy, existían aspectos de la vida inadmisibles pero a la vez aceptables.
Es absurdo admitir que en aquél entonces se admitiera con mucha más naturalidad
la homosexualidad que en nuestra época actual.
Se dice que Alejandro era homosexual, no a ciencia cierta,
pero se dice. Incluso es probable que su harén simplemente fuera una pantalla
de admiración y devoción a la mujer, pues en el fondo sus deseos sexuales iban
inclinados hacia su mismo sexo. Quizás su ejército lo sabía y lo veían natural,
es ahora cuando Alejandro Magno se habría visto discriminado por la sociedad.
Muerte de un grande
El triste final de Alejandro Magno llegaría el día 13 de
junio del 323 a.C, cuando muere en Babilonia por la picada de un mosquito que
le contagió de paludismo. Unos días antes, durante una fiesta, cayó gravemente
enfermo con fiebre alta y pocas horas después murió, irónicas condiciones por su estilo de vida.
La historia sobre este personaje atraviesa fronteras, sin
importar sexo, religión o color. Fue un hombre grande, un símbolo, y es ello lo
que debe marcar nuestra historia.
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