Cuando se trata de respetar y defender los derechos de los animales solo hay que tener algo claro: es un compromiso de todos.
Por: Daisy Acuña Puerta
Santa Marta es una ciudad conocida por sus diversos paisajes
y con la necesidad, tanto de la población como del Gobierno, de proteger al
medio ambiente de inversionistas nacionales e internacionales. Sin embargo, se
hace necesario que no sólo la flora se vea beneficiada de este tipo de acciones
sino que la fauna sea de igual manera conservada.
Entonces empieza la necesidad de crear, fomentar y apoyar a
las instituciones pro ambientales para que el ámbito social, cultural y
educativo de la comunidad samaria se fortalezca y así se involucre y sea protagonista
de la transformación de una sociedad que necesita cultura para poder
sobrellevar los cambios.
Si se viaja en la historia se llega a pensar que el hombre
es codicioso y ambicioso por naturaleza, siempre ha buscado conseguir sus
propios intereses sin importar el grado de las consecuencias. Y a pesar de que
el mundo ha evolucionado y superpone que el ser humano también se ha
desarrollado aún se ven acciones que dejan entrever la poca educación y la baja
moral.
Por ejemplo, en la ciudad de Santa Marta se presentó el
envenenamiento de perros callejeros con la excusa de evitar la proliferación de
éstos y el 26 de octubre de 2013 el asesinato de 15 gatos en el Polideportivo.
Por lo que muchos se llegan a preguntar, ¿qué está ocurriendo en la mente de
estas personas para tomar decisiones de semejante magnitud?
El antropólogo John Ruíz afirma que el ser humano aun sigue
siendo un animal y considera que “el hombre por estar en el grado superior de
la escala natural y como está acostumbrado a dominar, a colonizar y a moldar su
entorno no le importa lo que le suceda a un ser inferior. No lo hace con la
naturaleza que le da de comer, que le da de vivir, ¿por qué pensaría en un
animal?”
Algunos responderán que es la falta de educación pero lo que
sí es cierto y valioso es que aún existen ‘ángeles’ que con sus iniciativas
quieren mejorar la calidad de vida y estabilidad de los animales (en su mayoría
perros y gatos que han sido abandonados, maltratados o han nacido en la calle);
defender y hacer cumplir sus derechos. Al igual que educar a la ciudadanía para
que se fomente el respeto.
Entre las organizaciones que velan por el derecho animal en
la Perla de América y que buscan que el ser humano conozca y aplique su
responsabilidad con los demás seres vivos se encuentran la Fundación Bienestar
Animal de Colombia y la Fundación Huellas de la Calle.
De igual manera, la
Veeduría Ciudadana Protección Animales de Santa Marta toma una acción
importante en este proceso porque ejerce un control social sobre cualquier
funcionario público. Hacen un llamado de atención a los dirigentes para que se comprometan
y hagan cumplir las leyes que mejoran las condiciones de los animales
callejeros o víctimas de maltrato.
Una de las
presiones se encuentra en exigir al actual alcalde Carlos Caicedo Omar que se
elimine el uso de animales como vehículos de tracción. De hecho, en el
documento que la entidad envió al dirigente también se invita a crear una junta
defensora de animales y a construir un centro de bienestar animal a través de
diferentes estrategias en donde se encuentra la de incluir campañas de información,
educación y sensibilización que fomenten una cultura de protección animal.
Otros agentes que resultan importantes y vitales para esta
labor social son los policías. Sí, ellos que son reconocidos por salvar,
proteger la vida de los individuos también tienen una ‘tropa’ denominada Grupo
de Protección Ambiental y Ecológica que comandado por el subintendente de La Policía
Casto González vela por la protección de los animales y la preservación de los
recursos naturales.
Este grupo trabaja bajo la ley 84 de 1989 que tiene entre
sus objetivos promover la salud y el bienestar de los animales, asegurándoles
higiene, sanidad y condiciones apropiadas de existencia. Por ejemplo, al
propietario de vehículo de tracción animal siempre se le está efectuando actas
donde se le notifica sobre las normas, actas de compromiso donde él debe estar
atento a su animal, es decir, suministrarle alimento de calidad, bebida y en el
caso de que esté enfermo, los respectivos medicamentos.
Por otro lado, entre sus actividades se encuentran: las
jornadas de vacunación, alimentación y esterilización;
verificar que en las tiendas de mascotas, plazas de mercado, algunos
establecimientos públicos o residencias no tengan especies silvestres, y si las
tienen identificar su procedencia y comprobar que hay un permiso de tenencia.
Una óptica diferente en la labor ambiental
Mucho se habla de las fundaciones de protección de animales
domésticos y se creería que son los únicos privilegiados de la zona, pero como
el hombre es un ser subjetivo también, lo es en su compromiso con el entorno. Y
es aquí, donde se resalta la tarea que realiza desde 1999 el Programa de Conservación de Tortugas Marinas
(ProCTM).
Karen Pabón Aldana, actual asistente de investigación del
grupo, explica que este programa nace a partir de las iniciativas de algunos
estudiantes de biología marina de la Universidad Jorge Tadeo Lozano por buscar
estrategias para mitigar la disminución de la población de estos reptiles y así
ayudar en el aumento y la mejora de estas especies en el sector de Santa Marta.
Entre las actividades que realizan se encuentran el monitoreo
de las playas de anidación, en donde los voluntarios e investigadores caminan
todas las noches en busca de tortugas que salgan a poner sus huevos. Esta labor
se realiza entre los meses de mayo y agosto en el sector de Mendihuaca,
teniendo como punto base Casa Grande Surf. Y como soporte de esto registran las
medidas de los animales y les colocan placas para identificarlos, y cuando la
anidada se encuentra en una zona de riesgo (puede ser robada, se puede inundar
o quizás se pueda dañar) la trasladan a lugares adyacentes. A esto se le suma
la protección que les brindan a las hembras.
Además, el componente de levante que es cuando recogen un
porcentaje de neonatos (que pueden llegar a ser 200) para ser llevados al Acuario
Mundo Marino mientras el resto es liberado. Los investigadores cuidan a las
tortugas hasta que aumentan su tamaño alcanzando mínimo 15 centímetros de
caparazón y así cuando regresen al mar, después de ocho o doce meses, tengan mayores
probabilidades de sobrevivir y de reproducirse pues la teoría expone que de
cada 1000 huevos solo un ejemplar puede llegar a la etapa reproductiva.
Y para añadir tecnología y un conocimiento más completo a
través de la telemetría satelital que consiste en colocar transmisores a las
tortugas y saber qué pasa con ellas y qué rutas escogen después de haber sido liberadas.
Diversidad
Entre las especies que se encuentran en el acuario están:
La tortuga caguama (caretta caretta): tiene una baja tasa de
reproducción, las adultas miden en promedio unos 90 centímetros de largo y
tienen un peso promedio de 135 kilogramos, están consideradas como especies en
peligro de extinción por la Unión Internacional para la Conservación de la
Naturaleza (UICN) por lo que se decidió implementar dispositivos excluidores de
tortugas marinas que proporcionan una vía de escape y así reducen su
mortalidad.
La tortuga carey (eretmochelys imbricata): tiene un cuerpo
plano, un caparazón protector, y sus extremidades en forma de aletas están
adaptadas para nadar en mar abierto, se ha visto amenazada por las prácticas de
pesca humana hasta el punto de considerarla una especie en peligro de
extinción. Por ejemplo, en países como China y Japón las cazan por su carne,
pero su reconocimiento data en el material de su caparazón: carey, que es
empleado para confeccionar objetos decorativos y producción artesanal.
La tortuga verde (chelonia mydas) que debe su color a la
grasa que tiene debajo de su caparazón, al igual que las anteriores también es
considerada una especie en peligro de extinción y en muchos países es ilegal
capturar, dañar o matar estas tortugas. Sin embargo, aún hay zonas donde son
cazadas por su carne y sus huevos son recolectados para ser comidos.
Lo valioso de este grupo de ‘activistas’ es que su proyecto
no se limita a conservar una especie sino que también es oportuno y necesario
que la comunidad sea consciente y se sensibilice frente a esta problemática. Y
qué mejor que con un trabajo simultaneo de educación ambiental, que incluye a
visitantes del acuario, estudiantes de biología marina y a las poblaciones del
sector de Mendihuaca. Pabón explica que trabajan en conjunto con dos
asociaciones de pescadores y con el Instituto Educativo Distrital Nueva
Colombia en Perico Aguado en donde no solo dan a conocer la situación de las
tortugas sino también el uso y manejo de los residuos.
Cabe resaltar la acogida por parte de los pescadores. Muchos
creerían que éstos serían escépticos frente a este tipo de actividades, pero no
es totalmente acertado. De hecho, la bióloga Karen lo considera ‘’favorable’’
porque han sido receptivos, de hecho, los investigadores son conscientes del
conocimiento empírico de estos personajes y el contacto que han tenido con las
tortugas reconociendo que todo se basa en un intercambio de saberes.
Al mismo tiempo, se creería que los biólogos marinos son los
únicos que pueden participar en este tipo de programas, pero en realidad está
abierto para cualquier persona que sea mayor de edad, que tenga un seguro
médico y que tenga interés en ayudar y trabajar con las tortugas. Además, se
abre la posibilidad para que estudiantes que estén culminando su carrera
profesional puedan realizar su tesis o pasantías; ‘’no es un espacio cerrado a
los estudiantes de la Tadeo”.
Con respecto al tema de la cultura, Pabón Aldana acierta en
que “las personas no son conscientes de lo que representa arrojar un papel en
la calle, y que las consecuencias no se limitan a que se lo coma un animal en
el mar, sino que también perjudica al individuo y a la comunidad en general
porque esa basura tapona las alcantarillas y por eso las inundaciones.
Entonces, la gente no reflexiona sobre su responsabilidad y cómo dejar de hacer
esas cosas puede cambiar y mejorar su estilo de vida”.
Es un proceso que cuenta con el apoyo de diferentes
instituciones por ejemplo, la parte de levante se ha consolidado gracias al
aporte financiero de la empresa privada Petrobras (la cual viene colaborando
desde el año 2006), y así mismo han ayudado en componente de playas y
educación.
En 2009 y 2010, al ganar una convocatoria de creatividad a
nivel institucional, la Universidad Jorge Tadeo Lozano empezó a financiar la
telemetría; a nivel distrital y departamental se encuentran con el aval de la
Corporación Autónoma Regional del Magdalena (Corpamag) y el Departamento
Administrativo Distrital del Medio Ambiente (Dadma); apoyos que han permitido
continuidad puesto que para nadie es un secreto que muchos proyectos se acaban
o no prosperan porque no hay entes que se comprometan y promuevan su
desarrollo.
La labor que realizan estas personas es de admirar sin
embargo, muchos desconocen la existencia de estos lugares que proporcionan
protección a especies en peligro de extinción. De hecho, si usted pregunta a
individuos en la calle o mientras está en la buseta por fundaciones de
protección animal lo seguro es que le respondan: no, no hay. Por eso ProCTM junto
con las Asociaciones, el Colegio y este año (2014) con las escuelas de Buceo en
Taganga, han permitido que la comunidad Samaria comience a conocer sobre su
trabajo. De igual manera los eventos de introducción de tortugas marinas son un
espacio en el que la comunidad de la región puede involucrarse con el proyecto
y tener un contacto cercano con las tortugas, por lo que para esas fechas se
invita a diferentes medios de prensa para que también puedan divulgar la
información.
Liberación de tortugas: la esperanza de una especie
El evento de introducción de las tortugas a su medio
natural, busca ser un momento en que personas de la región puedan vivir la
experiencia de ver cómo las tortugas marinas entran al mar y comienzan una larga
travesía por su sobrevivencia. En el evento se conmemora todo el trabajo de los
pescadores y los niños en pro de la conservación de las tortugas, por lo que
son estos últimos los principales encargados de liberar cada tortuguita. Así
mismo, se invitan entes locales como la Corporación Autónoma Regional del
Magdalena, el Dadma, la Policía
ambiental, Capitanía de Puerto, Guardacostas, Alcaldía y Gobernación. Con
respecto a las habitantes y turistas que se suman a esta actividad se cuenta con un promedio de 450 personas que
asisten al evento. De tal manera que año tras año las puertas de Casa Grande
Surf están abiertas para que todas las personas de la comunidad samaria
asistan, con previa inscripción, al día de la liberación.
Como se ve la lucha por un lugar mejor, por la tolerancia y
la paz empieza por el cambio interior, por el compromiso que hace cada uno para
mejorar como individuo y por la cooperación entre todos lo cual llevará a
mejorar las relaciones sociales y cambiar la conducta hacia los demás y la
actitud hacia las alegrías e infortunios de la vida.
Estas fundaciones se encargan de recordarnos que con amor,
paciencia y esfuerzo podemos lograr los objetivos y que quien es capaz de
respetar, amar y defender la vida de un animal es apto para interactuar con las
personas y contribuir de manera positiva y significativa a la sociedad. Pues a
partir del respeto y la confianza se logran las metas porque se entiende que
hay seres diferentes que no estorban sino que complementan nuestras acciones.
Entonces, ¿Qué tan cierto es cuando Gandhi dice que la
cultura de un pueblo se mide por el trato que se da a los animales?
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