lunes, 7 de abril de 2014

Adolf Hitler: el Führer de Alemania

El orgullo de un hombre que nunca se rindió ante su enemigo. 


Por: Laudy Pérez


La Segunda Guerra Mundial es uno de los acontecimientos más marcados en la historia de la República Federal de Alemania, debido al conflicto militar que se detonó entre 1934 y 1945, en donde se vieron involucrados muchos países y sobretodo las grandes potencias. 

Este conflicto empieza con la invasión alemana en Polonia, el primero de septiembre de 1939, llevado a cabo como el primer paso de la Alemania nazi. El líder de este magno suceso fue Adolf Hitler.

Según el libro ‘Las grandes entrevistas de la historia’, Adolf Hitler era un dictador alemán nacido en Austria en 1889 e hijo de un oficial de aduanas que cambió su apellido de Schicklegrüber a Hitler.  Desde muy joven su ambición fue convertirse en artista y arquitecto, pero sus deseos se vieron frustrados por fracasos académicos.

El Führer de Alemania sufrió privaciones físicas y  temporalmente la pérdida de  la vista, como consecuencia de un ataque británico con gas mostaza en 1918 durante la Primera Guerra Mundial. Hitler se presentó en las filas militares cuando estalló la guerra y prestó el servicio durante cuatro años.

También alcanzó el grado de cabo y fue galardonado con La Cruz de Hierro (primera clase). Desde siempre mostró su rechazo por los judíos y  los sindicalistas, a quienes culpó de la caída de Alemania. A estos les tocó vivir El Holocausto de los nazi, que era una  técnica que utilizaban para acabar con todo el pueblo judío.

En sus últimos días de guerra, contrajo matrimonio con Eva Braun dentro de un búnker subterráneo y en la caída del ejército vencido por la oposición rusa, éste al verse rodeado, decide junto a su esposa de quitarse la vida. Luego, sus cuerpos fueron incinerados. Con el suicidio del gran dictador alemán, la Segunda Guerra Mundial termina y significa a su vez, la rendición absoluta de los alemanes.

El deber de Adolf Hitler

Después de la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial el autoritario Alemán sintió la necesidad de salvar a su nación de la calamidad que estaba viviendo. Su imagen política comenzó encontrando un empleo como “oficial de educadores” o agente.

En la noche del  17 de septiembre de 1919, el cabo se afilió al partido nacional socialista, y luego se dedicó a hacerle propaganda al partido, convirtiéndose en político en febrero de 1920, según el libro ‘La Segunda Guerra Mundial’.

Adolf Hitler realizó una campaña de salvación nacional, donde destacó a los líderes originales del partido. En 1921 organizó las primeras campañas de unidad milicianos. Aquí demostró que a pesar de la derrota en la Primera Guerra Mundial, pudo levantar a Alemania y prepararla para una nueva guerra en la cual quería ser el vencedor, pero para lograr todo esto tenía que tener el mando completo de Alemania; algo que consiguió con el paso del tiempo.

En abril de 1924 lo condenaron a cuatro años de cárcel, no obstante, fueron reducidas a tres meses. Los meses que pasó en la fortaleza de Landsberg, le bastaron para finalizar las líneas generadoras de su filosofía política la cual tiene como nombre ‘Mi Lucha’. Esto lo afirma Winston S. Churchill en su libro ‘La Segunda Guerra Mundial’.

El partido nazi

El partido nacional socialista fue un partido llevado al poder por Adolf Hitler en 1993, el partido fue la única fuerza política legal en la Alemania nazi desde la caída del imperio de la República de Weimar. Este partido también es conocido como el de las camisas pardas, los fascistas alemanes, entre otros.

Hitler no luchaba contra Hindenburg, el cual fue un mariscal de campo del imperio alemán y segundo presidente de la República de Weimar; sino contra Bruening un político de Alemania y canciller de Alemania en 1933. Con los cuales siempre estaba en controversia y peleando para alcanzar el poder.

En una entrevista realizada por George Sylvester Viereck al dictador alemán, expresó porque se definía como nacional socialista: “Socialismo es la ciencia que se ocupa del bien común, y el socialismo no es lo mismo que el comunismo. El marxismo no es el socialismo. Exigimos que el Estado satisfaga las justas reclamaciones de las clases productoras sobre la base de la sociedad racial. Para nosotros Estado y raza son la misma cosa”.




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