Inteligencia y ambición, la mezcla perfecta para la creación de un gran imperio electrónico.
Por: Ana Succar
Steve Jobs nació el 24 de febrero de 1955, fue adoptado por Paul
Reinhold Jobs y Clara Jagopian. Desde muy joven demostró talento y pasión por
la electrónica, sin embargo esta aptitud la fue adquiriendo de su padre de
crianza quien trabajaba en sus horas libres reparando carros viejos
volviéndolos como nuevos, a lo que Steve siempre lo acompañaba y aprendía, pues
le encantaba pasar tiempo junto a él.
“No tenia un basto conocimiento de la electrónica, pero la
encontraba a menudo en automóviles y en algunos de los objetos que reparaba, mi
padre me enseñó los principios básicos y aquello me interesó mucho”, dijo
Steve.
Un día, mientras Steve pasaba una tarde con su vecino, quien
trabajaba para Hewlett-Packard y se le facilitaba mucho la creación e invención
de aparatos, el pequeño de siete años en ese momento descubrió que no era
necesario un amplificador para reproducir el sonido de un micrófono, corrió a
contarle a su padre y cuando este le negó su afirmación pensó enseguida que era
más inteligente que él y rápidamente demostró que era cierto lo que le decía.
Este joven curioso por el mundo, deseoso por desarrollar sus
habilidades, conoció por medio de un amigo del colegio a Stphen Gary Wozniak,
un joven mayor quien se convertirá en socio del gran imperio que hoy conocemos
como Apple. Las pasiones afines de los dos,
las llevaron a trabajar juntos desde el primer momento en muchos ingenios y
trabajos.
Una vez que Steve terminó el colegio decidió ir a la
universidad. El eligió el Reed College, un centro privado de humanidades
situado en Portanld, uno de los más caros del país y a lo que sus padres no
podrían negarse, pues al momento de adoptarlo habían prometido a sus padres
biológicos pagarle una educación continuada.
“Creo que me habría dirigido a Nueva York si no hubiera ido
a la universidad”, afirmó Steve Jobs.
La primera aventura que ayudó a crear Apple
Antes de ir a Reed College, en 1971, Steve y Wozniak inventaron
la caja azul, que servía para hacer llamadas a larga distancia sin costo
alguno. El nombre e idea de este proyecto salió de un artículo titulado
“secretos de la cajita azul” que la madre de Woz dejó sobre la mesa de la
cocina para que él lo leyera.
“A mitad del artículo tuve que llamar a mi mejor amigo,
Steve Jobs y leerle trozos de aquel largo texto”, recordó Wozniak, estando
seguro que solo Steve entendería su entusiasmo y lo ayudaría a desarrollar la
idea.
Una vez terminaron la primera caja y notaron que su invento
funcionaba, decidieron hacer más para
ganar dinero. “fabricamos unas 100 cajas azules y las vendimos casi todas”, narró Steve.
Las mil creencias y dietas
A finales de 1972, Steve ingresó al instituto, el cual era
conocido por promover un estilo de vida algo hippy y liberal, en fuerte
contraste con sus estrictos estándares académicos y su exigente plan de
estudios.
Steve leyó una serie
de libros llamado Be Here Now (Estate aquí ahora) que cambiaron su forma de
pensar, actuar y hasta alimentarse, pues estaba profundamente influenciado
sobre los temas de espiritualidad e iluminación.
Empezó a consumir drogas como
el LSD, después de un tiempo y con todos estos cambios en su vida, se dio cuenta
que no quería estudiar una carrera sino tomar las clases que le parecieran
interesantes.
Entre sus dietas estaba la llamada Diet for a small planet
(dieta para un planeta pequeño), del Francés Moore Lappè, que exaltaba los
beneficios del vegetarianismo tanto para uno como para todo el planeta.
“Ahí es cuando renuncié a la carne prácticamente por
completo”, confesó Steve.
Se obsesionó con los estrictos regímenes, también
comentaban sus amigos que llegó a tener un tono naranja en su piel, como el de
una puesta de sol por tanta zanahoria que comía.
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