La muerte no mira clases sociales, todos
vamos para el mismo hueco.
Por: Yiseth Rodríguez
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| La diosa de la muerte. |
Silenciosa, sexi, astuta y
atrevida, así es ella, una mujer sensual y caprichosa, no mira condiciones económicas, no se deja
llevar por la belleza vana de las personas, no es egoísta, ni tampoco del todo
justa, solo es el regalo de Dios.
La muerte no se fija
en la cartera, ni que tan popular es la persona, ella sencilla, simplemente cumple con su labor, no la
entendemos, pero tampoco la juzgamos, ella solo hace su trabajo; el trabajo peor pagado, porque recibe
ofensas, rechazo y en algunos casos gratificaciones. Hay quienes la quieren,
otros la odian y una pequeña cantidad de la humanidad solo la espera.
¿Por qué ella y no él?
Quizás porque es más
atractiva, de pronto porque le queda
mejor el trabajo, o simplemente porque el artículo la es para ella y no para
él.
Eso no importa, lo
único que cuenta es que se lleva a todos
por igual, no sabemos si a un mundo mejor o a las frías cavernas del
inframundo.
Sencillamente acaba con el primer regalo que nos concede
Dios, la vida, que aunque sabemos que es prestada no la atesoramos, al
contrario, contaminamos nuestro cuerpo con alcohol, drogas, y así, dañamos ese
templo sagrado y único que tenemos.
No
todos sirven para esto
La muerte es el auxilio del desvalido, es la salida para muchos, la
desgracia para otros y para los médicos forenses “es quién les da de comer”,
eso fue lo expresado por Roberto Carlos Blanco Rodríguez, un joven
de 35 años, que ha compartido con los muertos desde que tiene uso de razón,
debido a que su padre tenía una funeraria y era él quien le colocaba las flores
cuando ya el muerto estaba dentro del ataúd.
De hecho, eso fue los
que lo inspiro a escoger esa dura profesión que para él es la más relajante del
mundo, porque siempre está en completa armonía y nadie lo está apresurando, ni
tampoco se están quejando del dolor, es por eso que le encanta su profesión.
'Carlitos hueso', como
es conocido por sus compañeros de trabajo, es el encargado de realizar la
necropsia, el cual consiste en el examen
sistemático de un cadáver y la abertura de sus cavidades para conocer el estado
de los aparatos y órganos que lo conforman, y así, determinar las lesiones
macroscópicas y microscópicas, para
integrar diagnósticos morfológicos e investigar las causas de la muerte, para
esto hay que tener un orden:
1.- Examen externo
del cadáver.
2.- Incisión de la
piel y el tejido subcutáneo.
3.- Extracción de la
parrilla costal.
4.- Examen de la
cavidad torácica y abdominal.
5.- Extracción de
órganos del tronco y abdomen.
6.- Autopsia craneal.
7.- Autopsia raquídea.
Objetividad o frívolo
Roberto Blanco
Rodríguez cuenta: La medicina forense es una de las ramas más duras para la
aceptación de la sociedad, debido a que no es fácil estar parado al lado de un
difunto y mucho menos extraerle los
órganos. Muchos piensan que esta profesión es para personas insensibles, y
están en un error. Las emociones son difíciles
de controlar, en muchas ocasiones es
dolor, en otras rabias.
Es estos casos no se
puede meter el corazón, porque se pierde la objetividad de las cosas y no es
que no duela, solo que se aprende a ser fuerte. Lo más difícil de esta
profesión es ver a los familiares de la víctima reconociendo el cadáver, puesto
que, es una mezcla entre dolor y pena; dolor por ver el sufrimiento de las
personas y pena por tener que manipular los cuerpos, aunque ellos no ven eso,
se lo imaginan por la abertura que ven en la cavidad torácica.
El caso que más
recuerdo fue el de un niño que murió por
múltiples golpes originado por una golpiza que le dio el padre del menor, el niño tenía 4 años, le encontramos quemaduras de cigarrillos en
todo su cuerpo, malformaciones en el cerebro ocasionado por los golpes en la
cabeza que éste le generó, y sus órganos internos reventados, lo más triste y
el recuerdo que nunca olvidaré fue la expresión que hizo el comandante del C.T.I
cuando la madre le dijo que lamentaba no haberlo denunciado antes, porque tenía
miedo de que él la dejara.
Pero en fin, esto fue
lo que elegí, y aunque suene raro me gusta hacerlo y me apasiona mi trabajo.
“La vida es muy corta o muy larga para darme el lujo de
malvivirla”
Paulo Coelho

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