Por: Margarilis Henriquez

En el departamento del Magdalena, a 58 kilómetros de Santa Marta, está Taironaka, un
parque ecológico y arqueológico que te invita a conocer sobre la cultura de los indígenas koguis. Tranquilidad y silencio caracterizan este lugar. Aquí se pueden encontrar desde las flores más bellas hasta un río hermoso e imponente.

En el departamento del Magdalena, a 58 kilómetros de Santa Marta, está Taironaka, un
parque ecológico y arqueológico que te invita a conocer sobre la cultura de los indígenas koguis. Tranquilidad y silencio caracterizan este lugar. Aquí se pueden encontrar desde las flores más bellas hasta un río hermoso e imponente.
Decidí visitar ese lugar del que me habían hablado dónde podría encontrar historia y mucha paz, después de llegar a mi destino, me recibió un guía del lugar, en ese momento me dice que para llegar al parque hay que caminar hasta el río y coger una lancha por 15 minutos, y así comenzó mi recorrido, tenía grandes expectativas sobre lo que iba a encontrar, pues elegí este destino sin muchas referencias.
Después de 15 minutos en la lancha, y de disfrutar del viento cálido y paisajes hermosos del río Don Diego, sé que he llegado, porque lo primero que ven mis ojos es un letrero que indicaba el nombre del parque, el lanchero me dice que tengo que caminar otro trayecto para llegar donde se encuentra el guía. Después de aproximadamente cinco minutos, me encuentro con Sandra la guía del lugar y ella muy amablemente me dice que hay que estar en el lugar hasta las 4 y 30 p.m. Y después de tener claras las políticas del lugar, comenzamos nuestro recorrido
El capitán Francisco Ospina Navia, decidió que iba a comprar una finca para cultivar flores exóticas y se encontró con lo que hoy es Taironaka, pero lo que él no imaginaba era que ahí descubriría asentamientos taironas, por eso se propuso junto con un arqueólogo a rescatar el lugar, porque para él la sabiduría, arte y valentía de los indígenas era algo para resaltar, por eso hizo de ese lugar un museo.
En el 2006 fue creada la fundación agua viva Francisco Ospina Navia, que fue direccionada a la ayuda y acompañamiento de los indígenas koguis de la Sierra Nevada de Santa Marta, también para los programas de conservación de los recursos naturales.
Taironaka es un centro eco turístico ubicado a
las orillas del río Don diego, en una zona de gran valor arqueológico, pues en
la antigüedad fue habitada por varias tribus indígenas.Esta es una reserva
natural que conserva la arquitectura Tairona, y los restos que se encontraron en esa tierra fueron
exhibidos en un pequeño museo, como por ejemplos, las lanzas con que cazaban,
vasijas, donde los indígenas hacen su ropa, instrumentos musicales en forma de
animales, entre otras.
También hay una vivienda de los tayrona, construida con palmas. Esta choza de forma circular, con dos puertas y sin ventanas, es utilizada por los mamos koguis para hacer sus ceremonias espirituales y reunirse con los indígenas que llegan hasta este sitio a descansar después de largas caminatas.
Las dos puertas se utilizan porque los indígenas kogui tienen la tradición que los hombres y las mujeres no pueden entrar por la misma puerta, cuando se entra en la choza es imposible no notar que en el centro de la vivienda el fuego siempre está encendido, la fotogata la hacen en forma de círculo porque representa el universo. También se pueden observar chinchorros donde duermen los indígenas hombres y en el suelo se ven esteras donde duermen las mujeres y ¿Por qué en el suelo? es lo primero que uno se pregunta si es una mujer, pero para ellos tiene que ser así, porque las mujeres tienen que tener una conexión con la madre naturaleza, para ser fértiles.
Por otra parte, se han encontrado y restaurados más de 12 terrazas indígenas, donde ellos vivían y ahora solo quedan las señas. Así como senderos, escaleras y un sistema de conducción de agua hecho en piedra.
Me cuenta Sandra, la guía del lugar, que cerca
de las terrazas había un árbol llamado macando, el cual fue alcanzado por dos
rayos y ya no existe, pero los indígenas decían que si lo abrazabas te daba
buenas energías.
Luego de caminar es buen momento para bañarse en el río Don Diego, dónde sus aguas bajan heladas desde la Sierra Nevada, además es pura y transparente. Me dicen que los habitantes cercanos, no tienen necesidad de hervir el agua y hacen agua de panela deliciosa. La belleza de este lugar sirvió para hacer algunas escenas de la película La misión, protagonizada por Robert De Niro en 1986.
A lo largo de este recorrido, también me encontré con el Mamo (El Mamo es el personaje central dentro del sistema de representación de los Kogui. Él es el intermediario entre las fuerzas celestiales y los hombres. Su sabiduría y conocimiento permite el equilibrio entre las fuerzas. Para ellos el fin del mundo se acerca), quien estaba haciendo un ritual para darle una ofrenda a la madre tierra, lo cual consiste en colocar un algodón en una piedra sagrada para ellos, mientras su esposa está tejiendo una de las tradicionales mochilas, entonces me atreví a preguntarle, ¿Las mujeres también tejen la ropa para los hombres? y ella me respondió un poco sorprendida “no , las mujeres solo hacen las mochilas y los hombres se encargan de la ropa porque si no es así habrá un castigo para quien desobedezca las reglas” .
Taironaka tiene capacidad de alojamiento para 24 personas. Se divide en 4 cabañas y 9 habitaciones, las tarifas son por personas y el promedio es de 108 mil pesos en temporada alta, 76 mil en temporada baja y cabe resaltar que también prestan servicios de pasadías.
Uno de los servicios que se prestan en colaboración con los indígenas es el
matrimonio por ritual kogui, que realiza un mamo de la etnia y se lleva a cabo
en casa maría, su vivienda característica.
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