Sin ningún tipo de problemas estos trabajadores buscan mejorar cada día más.
Por: Camila Cantillo
Yeisón Andrés Borrey, un estudiante de Comunicación social y
periodismo, apasionado por su carrera y trabajo de vendedor, sustenta el hogar
que tiene con su esposa y sus estudios por medio de esto. Orgulloso de su
notable y valioso trabajo, que ha venido conservando hace aproximadamente 7
años, con la ayuda de su hermano pequeño Maicol Borrey.
Con tan ameno ambiente, rodeado de amigos y familia como los
llama Yeisón, goza sus días vendiendo mercancía a personas de Santa Marta y también
a personas a nivel nacional, que compran aquí para vender en otras ciudades, beneficiando
y extendiendo su venta en las diferentes partes del país.
“Mi puesto de trabajo tiene todos los papeles en regla”,
afirma Yeisón con autoridad, porque para él es muy importante tener un trabajo
legal y responsable sin ningún tipo de problemas con la autoridad de Santa
Marta, ni tampoco con sus compañeros de toda la calle.
Aunque no es muy
aceptado por estos trabajadores persistentes,
muchas veces tienen problemas ocultos que arriesgan su sustento diario, pero
como muchos luchan por mantener su labor y siempre llegar a sus casas con
dinero para sus familias y con la satisfacción de ser honrados y honestos con
su trabajo.
A pesar de su apretado horario de trabajo y estudio, Borrey,
logra dedicarle tiempo tanto a su trabajo como a sus estudios, organizando su
horario de trabajo desde las 7 a.m., hasta las 6 p.m., y sus estudios los tiene
en la noche al salir de su labor de vendedor, para que así no se le crucen y
pueda distribuir su tiempo sin ningún problema.
Erika Martínez una vendedora de jugos feliz con su trabajo
Reconocida por toda la Quinta con diez por sus marcados y
deliciosos jugos naturales, ubicada en un puesto muy favorable y beneficioso
para ella, donde sus clientes gozan de sus creativos y ricos jugos. Sus
clientes tienen una muy buena referencia acerca de ella y su punto de trabajo
porque además de hacer buenos jugos, su puesto es muy limpio y ordenado, como
pocos de los que hay por toda esta avenida.
Esta noble vendedora y luchadora ha sacado adelante su hogar
y su hijo de 11 años, cubriendo todas las necesidades diarias de su pequeña y
de ella, que a pesar de no haber tenido apoyo de su pareja, nunca dejó de lado
sus proyectos de vida y la gran alegría que cautiva a todos sus clientes cuando
les ofrece estos deliciosos jugos.
Cumpliendo las medidas y permisos requeridos para tener un
buen sitio de trabajo, Erika no se queja de cómo ha mantenido honrado y limpio
de deudas con la autoridad su trabajo, el cual hace 8 años su mejor amiga le
dejó el negocio antes de irse de la ciudad, y desde ese entonces ha obtenido
muy buenas ganancias, por sus clientes que siempre se mantienen consumiendo de
sus productos.
Mientras la señora Martínez hacía su tarea diaria de hacer jugos
y venderlos, comentó que ha tenido clientes de muchas partes. Además de ya
tener clientes fijos radicados en Santa Marta, tiene muchos clientes de otras
partes del mundo que siempre frecuentan su puesto de jugos, como una pareja
colombiana que vive en Australia, la cual se mantienen viajando y siempre que
llegan a Santa Marta regresan a donde Erika para saciarse con los diferentes
jugos que les ofrece ella.
Aunque se siente feliz y agradecida por este trabajo que con
la ayuda de su amiga ha conservado, ella lucha por un mejor sustento para su
hijo y su familia, mejorar cada día y salir adelante a
pesar de tantos obstáculos que se le presentan diariamente.
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