“Ya no sabemos qué hacer”, Dayis Montenegro
Las opciones son cada vez menos para estas personas que luchan día tras días para sobrevivir a la sequía.
Por: Shayre Mayorga
Hace alrededor de dos o tres meses Taganga viene sufriendo
algunos altercados con respecto al agua. Aunque para muchos habitantes esto ha
ocurrido desde siempre.
La constante lucha se ha vuelto para algunos algo normal,
levantarse a las seis de la mañana para esperar turno y hacer la fila para así
obtener agua que es traída por carro tanques de la Defensa Civil y luego depositada en un tanque elevado de
gran tamaño.
Familias que son de escasos recursos se ven envueltos en una
ola de sequía. Para ellos el no tener agua es su mayor prioridad por lo que han
hecho reuniones con la Alcaldía para así llegar a una solución, pero éstas
siempre hacen caso omiso a lo que piden los habitantes de Taganga.
Los extranjeros no prestan mucha atención a este problema
puesto que algunos simplemente prefieren bañarse con agua de mar, siendo ellos
personas descomplicadas a la hora de utilizar agua. Sin embargo, para ellos
este recurso también es vital, así que muchas veces compran bolsones de agua o
pimpinas de veinte litros.
Para los dueños de los establecimientos esto ha sido
difícil. Juan Carlos Acosta comenta a continuación su caso:
“Yo actualmente tengo un pequeño bar en el que necesito
mucha agua, ya sea para lavar el mismo lugar o al momento de ingresar los
clientes que necesitan lavarse las manos o ir al baño para hacer sus
necesidades.
A causa de esto me veo en la obligación de comprar por día
más o menos cien litros de agua aunque a veces no me alcanza lo suficiente para
hacer todo lo que necesito.
Estas pimpinas de agua las adquiero gracias a una
familia que vive más arriba y que
madruga para coger agua. Cada pimpina me cuesta mil pesos y contiene alrededor
de veinte litros cada una.
No sabemos cuánto más podamos aguantar con esta situación
por lo que pedimos seriedad por parte del Gobierno. Esto no es algo nuevo para
nosotros. Desde siempre hemos venido sufriendo por el mismo inconveniente así
que pedimos que tomen cartas en el asunto”.
Esta crisis tiene a muchos tagangueros al borde de la
locura. De hecho, algunas familias deben exponer a sus hijos para llevar los
tanques llenos de agua y muy pesados.
El centro de salud por suerte nunca ha tenido inconvenientes
con respecto a ese problema. Una de las jefas de servicio general llamada por
todos como ‘Carmencita’ es la que se encarga
de que el agua llegue a este lugar. Ella llama a la Defensa Civil para que le
hagan la entrega de un carro tanque y así le den el agua.
Una de las clientas del centro de servicio llamada Dayis
Montenegro afirma lo siguiente:
“Ya no sabemos qué hacer. Para nosotros esto es cada vez más
agotador. En mi caso esto es algo que ya me ha cansado por lo que mi esposo es
quien busca el agua.
Me parecen algo inútil esas dichosas reuniones que se
hacen con la Alcaldía puesto que siempre nos salen con nada, nos dicen que nos
van ayudar y que van a arreglar esto pero a la final no hace nada.
Por fortuna, nos dieron esos carros tanques que nos sirven
para subsistir y poder aguantar un poco.”

El presidente del ayuntamiento de los habitantes de
Taganga, Adiel Cantillo Urbina, comenta
acerca de esta situación:
“Lo que ocurre con Taganga no es de ahora. Siempre hemos
estado con este problema. El agua es colocada por sectores; si la colocan en un
sector entonces en otro lo quitan y así sucesivamente.
Nunca ha pasado que toda
Taganga tenga agua y eso es algo triste puesto que eso es un derecho de todos. Estos carros tanques son extraídos desde el pozo Bureche,
luego son tratados para convertirlos en agua potable y así distribuirlo entre
la gente. Por suerte nunca hemos tenido conflictos a la hora de abastecer el
agua, todos son ordenados y respetan la fila”.
En conclusión, podemos decir que Taganga está pasando por
unas condiciones de agua complicadas por lo que es necesario que se
conciencien y sepan que el agua es un recurso vital y no debe ser derrochado.
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