martes, 16 de septiembre de 2014

Guillermo Henríquez, un cienaguero prolífico

A sus 74 años, ha consolidado una carrera exitosa como escritor, dramaturgo, ensayista e historiador. 

Por: Luis Eduardo Barranco 


Guillermo Henríquez. Plaza del Centenario (Ciénaga).


A través del tiempo, Ciénaga se ha convertido en el epicentro de múltiples historias que han alimentado su tradición cultural, dejando una huella indeleble en el transcurrir de las vidas de los moradores y visitantes de la ciudad.

Sus monumentos, situados en el centro del municipio, esconden relatos, cuentos y leyendas dignas de ser inmortalizadas bajo la coordinación de la tinta y el papel. No por nada, Ciénaga fue ubicada por el Ministerio de Industria y Turismo en la lista de los 16 Pueblos Patrimonio de Colombia.

La riqueza cultural irradiada por Ciénaga ha contribuido al surgimiento del más representativo de sus personajes, el cual se ha encargado por años de atesorar y dar a conocer la identidad de este pueblo de ensueño.

En los arreboles de la bonanza bananera de Ciénaga, Madalena, nace el 10 de julio de 1940 Guillermo Henríquez Torres, producto de la unión de Félix Henríquez y Helena Torres.  


Guillermo, a inicio de los sesenta termina el bachillerato. Inmediatamente se abre paso a la fría Bogotá, donde intenta estudiar Sociología en la Universidad Nacional, pero no culminó la carrera, por dedicarse al oficio de anticuario; profesión que le resultaba más  lucrativa. A finales de la misma época, cuando alcanzó ahorrar los suficiente de su trabajo, fijó sus horizontes a Barcelona, donde estudió teatro en la Escola D’ Art Dramatic Adriá Gual.

Los álbumes expuestos en su residencia, están colmados de fotos y recortes de la prensa catalana, confirmando su travesía por la península Ibérica. Los registros demuestran lo que afirma Henríquez: “durante años pinté poco, hice bastante teatro con el grupo Gogó de Barcelona y escribí el Cuadrado de Astromelias”.

En su travesía por España, Guillermo conoce a Gabo por intermedio de uno de sus profesores catalanes, consolidando una amistad que le garantizó un almuerzo los jueves en la casa del que sería el futuro Nobel, y una visita puntual, que alimentaba un momento propicio para charlar sobre la historia de las viejas familias de Ciénaga y Santa Marta. Algunas historias sirvieron de inspiración para concebir ciertos pasajes de Cien Años de Soledad. La relación decayó según Henríquez, cuando la noche del estreno del Cuadrado de Astromelias, Gabo manifestó no gustarle la puesta en escena de la obra.

La mezquina muerte alcanzó prematuramente a su padre, Félix Henríquez. Esto obligó a dramaturgo que triunfaba en Europa a retornar a las calles salitrosas de Ciénaga. Para ese entonces, el pueblo suplía con nostalgia los mejores años de la bonanza bananera con el comercio de marihuana.

A su llegada, en la segunda mitad de los sesenta, el joven intelectual, dramaturgo y escritor, empezó a aventurarse en la docencia, dictando las cátedras de Historia del Arte y Teoría Estética en el San Juan del Córdoba, colegio oficial de Ciénaga.
 
La visión que el mundo le había brindado a Guillermo, le permitió tener una concepción de la cultura artística, elemental para que, junto  a Elías Eslait, Hames A-Correa, Ángel Paz y otros de sus amigos, generaran espacios culturales disponibles para toda la comunidad cienaguera.
   
Henríquez es autor de una obra amplia y dispersa; inédita en buena medida. Abarca el teatro, la crónica histórica, el cuento, la novela y la investigación cultural. Se destaca de toda su obra literaria: "El Cuadrado de Astromelias” (1980) y “Marta Cibelina” (1982), piezas significativas de su producción teatral; escritos que sustentan las fragilidades, descarríos y alucinaciones de entorno social cienaguero decaído, ligado sin remedio a viejos mitos de traspatio.

En la misma secuencia de este teatro despampanante y satírico figuran sus cuentos: “Las Queridas del Diablo”, “Historia de un Piano de Cola”, “El Jinete Azul”, “Las Lágrimas de la Araña”, “Poster” y “A lo Oscuro Metí la Mano”.

“Estos relatos transgresores, experimentales, carnavalescos, que celebran los esquinazos de la vida y los cuales aguardan mejores ediciones, aparte de la atención de la crítica personalizada, que apenas sí ha reparado en ellos”. Sostiene el dramaturgo cienaguero, enaltecido al describir sus obras.
  
El pasado de 16 julio del año en curso, Guillermo Henríquez Torres, ganó en Buenos Aires el premio Ana María Agüero Melnyczuk, por su trabajo investigativo titulado: “Ciénaga en la claves de Cien Años de Soledad”. En reconocimiento a su labor, el historiador cienaguero recibió un diploma y la publicación del trabajo bajo el sello editorial de Limaclara Ediciones, encargada de efectuar la premiación.

La investigación de Henríquez, es un resumen de uno de sus libros: “El Misterio de los Buendía”, publicado en 2003 y reeditado en 2006. Para poder concursar le tocó reducir la extensión del texto de más de 350 páginas a 58, con el objetivo de convertirlo en un ensayo periodístico y de investigación literaria.

Según el tratado de Guillermo, Ciénaga goza de ser la verdadera fuente de inspiración de Gabriel García Márquez para concebir a Macondo en Cien Años de Soledad. Todo esto es posible, porque el municipio le ayudó a solventar vacíos de forma en los relatos que se encuentran consignados en la obra. Además, afirma que Gabo indujo pistas en el libro, claramente percibidas cuando habla de la ciénaga, rasgo que puede identificarse con el municipio.
  
“Si ustedes quieren averiguar quién es el coronel Buendía, vayan a Ciénaga y averigüen la biografía del general Ramón Demetrio Morán Henríquez”.  Guillermo saca esta frase de una conversación entre Alfonso Fuenmayor y el periodista suizo (sic) Werner Herzog. Esta charla,  motiva al intrépido historiador a hacer una extensa investigación durante 40 años, sobre los misterios que rodean el origen de la familia Buendía, ideada en el mundo de la obra cúspide del Nobel. La cita, fue expuesta en la publicación del 18 de julio del año en curso en El Heraldo, sobre el premio otorgado a Henríquez por su trabajo investigativo.

Guillermo Henríquez, ha consolidado su vida al arte y a la reconstrucción histórica de su ciudad natal. Gran parte de su existencia, se ha enfocado en fortalecer su experiencia literaria y cultural, a través de los relatos y vivencias mágicas que el Caribe puede brindarle.




3 comentarios:

  1. Hola. Muy interesante la reseña sobre este escritor de Ciénaga que no conocía. Nunca es tarde para leerlo. ¿Dónde pueden adquirirse sus obras? ¿Es posible contactar con él?
    Muy agradecido
    delagala(arroba)telefonica.net

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    1. Hola Juan te dejo el numero del señor Guillermo Henriquez 314 5136758

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  2. Donde puedo comprar su obra completa y el compendio con el que gano en Buenos aires el premio.

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