jueves, 11 de septiembre de 2014

No hay agua pa’ tanta gente

La perla del Caribe sufre una de las calamidades más agobiantes que puede sufrir un ser humano, la falta de agua. 

Por Néstor Zambrano 



El  desabastecimiento de agua en Santa Marta se ha convertido en uno de los problemas más preponderantes en la actualidad. La sequía que azota a gran parte de Colombia, ha dejado consecuencias lamentables. Este fenómeno  natural se vive con mayor intensidad en el norte del país, desde la Guajira hasta el centro de Bolívar.  

La sequía, la falta de prevención por parte  de los organismos competentes, la deforestación; la contaminación ambiental, el mal uso del agua  y la falta de cultura de ahorro del preciado líquido, son los causantes de esta preocupante situación. En la capital magdalenense, además de estos inconvenientes, existe un problema más, el cual hay que mirar con  lupa. Se trata del crecimiento acelerado  de la población en la zona urbana, a raíz  del desplazamiento forzado y por reproducción natural.


Según un informe del 2010 realizado por  Acción Social del gobierno nacional, hoy conocido como el DPS (Departamento para lo Prosperidad Social) Santa Marta fue la tercera ciudad en recibir más desplazados en todo el país. 144.135 personas, aproximadamente 29.767 familias  se asentaron en diferentes sectores populares.

Esto indica que el crecimiento poblacional es de aproximadamente del 38 por ciento en los últimos cuatro años, según las cifras entregadas por Metroagua y Acción social. Las personas que han llegado a asentarse a la ciudad lo han hecho en barrios como Garagoa, Luis R Calvo, La Paz, Bonda, Timayui y los cerros tutelares. Muchas familias de esta zona sufren más la escasez de agua, pues algunos viven cerca de ríos y otros viven en cerros en donde el agua es un fantasma.

El problema se agudiza más y las medidas por parte de la alcaldía, Metroagua y demás organismos comienzan a multiplicarse, pues la demanda ahora es mayor.
El barrio La Paz fue una invasión hace 20 años, sin embargo, sigue recibiendo personas desplazadas por la violencia. 

En sus polvorientas calles se ven a diario a hombres y mujeres con pimpinas en hombros, o en algún medio de transporte improvisado. Los niños han sufrido enfermedades en  la piel por el consumo de agua mal tratada, el problema de higiene y salubridad es aún más considerable.

Según la investigación ‘Voces y silencios sobre el desplazamiento forzado en Santa Marta’ publicada en la revista Civilizar, dice que uno de cada cinco habitantes es desplazado por la violencia. Este dato nos muestra un alto porcentaje de habitantes desplazados en la ciudad,  que buscan  de una u otra forma una mejor calidad de vida.  

Por este alto crecimiento poblacional, la alcaldía y Metroagua han instado a la población a ahorrar el agua, para poder llevar el líquido a esta gente que a diario padece este flagelo y que desean que se acabe pronto.
Rosalba Moreno es una habitante del barrio La Paz, llegó en el año 1982 cuando una  invasión de las tantas de la época  se forjaba con éxito, la cual Rosalba  y su esposo aprovecharon para armar su casa. Cuando llegaron al sector pocas eran las viviendas de concreto, la mayoría eran de palmas, plástico y cartón. “Todo esto por acá era monte, no era como es ahora que hay muchas casas y hasta de dos o más pisos, todo ha cambiado”, Expresa Rosalba Moreno.
Invasiones en Santa Marta.

Al igual que ella muchas familias se asentaron en la comuna Ocho, que integra los varios Vista Hermosa, Oasis, Bello Sol, Mamancana, Aeromar; Cristo Rey, Don Jaca, La Paz, entre otros. Cuando se comenzaron a formar estos barrios el agua era escasa, habían algunos pozos donde ofrecían los tanques de agua por  50 pesos. Hoy en día el agua sigue siendo un problema, pues llega a los hogares dos veces a la semana  y el recibo llega puntual, pero no con el mismo precio de hace 23 años.

La situación se hace más dramática cuando hay temporada alta, pues la zona hotelera recibe más turistas, ocasionando el poco fluido del preciado líquido a esta parte de la ciudad. Otro  factor influyente es la alta actividad en la construcción  hotelera, la cual demanda una cantidad considerable de agua.

Germán Támara es otro de los más antiguos pobladores del barrio La Paz. Era un campesino de la Sierra Nevada que llegaba a la ciudad en busca de comida e insumos para el campo. Llegó hace 32 años al barrio, se enamoró de la urbe y estableció su rancho en medio de las calles selváticas, de la cuales hoy no queda nada, pues el desarrollo del barrio ha ido en avance y  sigue recibiendo más personas de otros departamentos del país, desplazados por la violencia o cansado del abandono gubernamental. 

Las invasiones fueron exitosas gracias a la fuerza del pueblo y aunque después de 15 años de establecido en el lugar, una firma constructora, quien alegaba ser la dueña de 21 hectáreas que componen al barrio Vista Hermosa,  quería quedarse con el terreno, los habitantes pusieron resistencia  y aún siguen en sus hogares.

La comuna Ocho se encuentra en el centro del desarrollo, sus barrios se ubican a un costado de la troncal del Caribe y cerca al centro comercial Zazué  Plaza y un compendio hotelero importante para el turismo de la ciudad. Sin embargo sus habitantes padecen del abandono de las autoridades y reclaman una mejor atención en servicios públicos, como el alcantarillado que es insuficiente y es novedoso para el sector, pues nunca antes tenían acceso a este servicio, el agua también escasea y  los habitantes sufren de constantes cortes de luz. “Da tristeza.

 A esta zona hay que mirarla, porque el desarrollo de Santa Marta está por la comuna Ocho, por aquí es donde entra la ‘platica’, tenemos el aeropuerto cerca,  grandes hoteles y un centro comercial”, dice Carlos Lugo, expresidente de la junta de acción comunal del barrio La Paz. Lugo es uno de los líderes más representativos de esta comuna, su trabajo comunitario inicia desde las primeras invasiones y no descansa en buscar el bien para todos.

El dolor de cabeza de los pobladores de la comuna Ocho es en temporada de vacaciones, cuando los hoteles utilizan más litros de agua para satisfacer del líquido a los extranjeros y turistas nacionales. “El agua para esta parte  tiene un sentido, el agua la tiran de Gaira,  por la zona baja, por donde está el ferrocarril. Por las construcciones hoteleras se necesita mucha agua y bombean, bombean normal, cada uno tiene sus grandes albercas y la presión no da para abastecer de agua todo el sector”, añade Carlos Lugo.

Los planes de la alcaldía y Metroagua se basan en la creación  de 32 pozos de agua para contrarrestar de alguna manera el problema que afecta al Distrito. Ninguno de estos pozos será construido en la comuna Ocho, donde existen fuentes de  suministro de agua, pues sus tierras están cercanas a la Sierra Nevada.  Pero lo extraño es que algunos de los habitantes no están de acuerdo con la construcción de pozos en este sector, pues por falta de alcantarillados se han implementado fosas  sépticas y los pozos de agua  se contaminarían, lo que causaría  que el agua no sea apta para el consumo humano.

 La Paz y  los demás barrios siguen recibiendo  a diario familias desplazadas y el crecimiento poblacional natural también es un factor influyente.  Las invasiones no son tan exitosas en esta época, pues las autoridades han hecho un control más exhaustivo. Santa Marta crece tanto a lo ancho como en altura, lo que desde la perspectiva de desarrollo es fundamental, pero también es un llamado de atención a la autoridades a organizarse para tener mayor cobertura y a los ciudadanos a ahorrar más agua, a cuidar la naturaleza y tener más conciencia del preciado líquido que es uno de los cuatro elementos esenciales para la vida.

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