La
perla del Caribe sufre una de las calamidades más agobiantes que puede sufrir
un ser humano, la falta de agua.
Por Néstor Zambrano
El desabastecimiento de agua en Santa Marta se
ha convertido en uno de los problemas más preponderantes en la actualidad. La
sequía que azota a gran parte de Colombia, ha dejado consecuencias lamentables.
Este fenómeno natural se vive con mayor
intensidad en el norte del país, desde la Guajira hasta el centro de Bolívar.
La
sequía, la falta de prevención por parte
de los organismos competentes, la deforestación; la contaminación
ambiental, el mal uso del agua y la
falta de cultura de ahorro del preciado líquido, son los causantes de esta
preocupante situación. En la capital magdalenense, además de estos
inconvenientes, existe un problema más, el cual hay que mirar con lupa. Se trata del crecimiento acelerado de la población en la zona urbana, a raíz del desplazamiento forzado y por reproducción
natural.
Según
un informe del 2010 realizado por Acción
Social del gobierno nacional, hoy conocido como el DPS (Departamento para lo Prosperidad
Social) Santa Marta fue la tercera ciudad en recibir más desplazados en todo el
país. 144.135 personas, aproximadamente 29.767 familias se asentaron en diferentes sectores populares.
Esto
indica que el crecimiento poblacional es de aproximadamente del 38 por ciento
en los últimos cuatro años, según las cifras entregadas por Metroagua y Acción
social. Las personas que han llegado a asentarse a la ciudad lo han hecho en
barrios como Garagoa, Luis R Calvo, La Paz, Bonda, Timayui y los cerros tutelares.
Muchas familias de esta zona sufren más la escasez de agua, pues algunos viven
cerca de ríos y otros viven en cerros en donde el agua es un fantasma.
El
problema se agudiza más y las medidas por parte de la alcaldía, Metroagua y
demás organismos comienzan a multiplicarse, pues la demanda ahora es mayor.
El
barrio La Paz fue una invasión hace 20 años, sin embargo, sigue recibiendo
personas desplazadas por la violencia.
En sus polvorientas calles se ven a
diario a hombres y mujeres con pimpinas en hombros, o en algún medio de
transporte improvisado. Los niños han sufrido enfermedades en la piel por el consumo de agua mal tratada, el
problema de higiene y salubridad es aún más considerable.
Según
la investigación ‘Voces y silencios sobre el desplazamiento forzado en Santa
Marta’ publicada en la revista Civilizar, dice que uno de cada cinco habitantes
es desplazado por la violencia. Este dato nos muestra un alto porcentaje de
habitantes desplazados en la ciudad, que
buscan de una u otra forma una mejor
calidad de vida.
Por
este alto crecimiento poblacional, la alcaldía y Metroagua han instado a la
población a ahorrar el agua, para poder llevar el líquido a esta gente que a
diario padece este flagelo y que desean que se acabe pronto.
Rosalba
Moreno es una habitante del barrio La Paz, llegó en el año 1982 cuando una invasión de las tantas de la época se forjaba con éxito, la cual Rosalba y su esposo aprovecharon para armar su casa.
Cuando llegaron al sector pocas eran las viviendas de concreto, la mayoría eran
de palmas, plástico y cartón. “Todo esto por acá era monte, no era como es
ahora que hay muchas casas y hasta de dos o más pisos, todo ha cambiado”,
Expresa Rosalba Moreno.
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Invasiones en Santa Marta. |
Al
igual que ella muchas familias se asentaron en la comuna Ocho, que integra los
varios Vista Hermosa, Oasis, Bello Sol, Mamancana, Aeromar; Cristo Rey, Don
Jaca, La Paz, entre otros. Cuando se comenzaron a formar estos barrios el agua
era escasa, habían algunos pozos donde ofrecían los tanques de agua por 50 pesos. Hoy en día el agua sigue siendo un
problema, pues llega a los hogares dos veces a la semana y el recibo llega puntual, pero no con el
mismo precio de hace 23 años.
La
situación se hace más dramática cuando hay temporada alta, pues la zona
hotelera recibe más turistas, ocasionando el poco fluido del preciado líquido a
esta parte de la ciudad. Otro factor
influyente es la alta actividad en la construcción hotelera, la cual demanda una cantidad
considerable de agua.
Germán
Támara es otro de los más antiguos pobladores del barrio La Paz. Era un
campesino de la Sierra Nevada que llegaba a la ciudad en busca de comida e
insumos para el campo. Llegó hace 32 años al barrio, se enamoró de la urbe y
estableció su rancho en medio de las calles selváticas, de la cuales hoy no
queda nada, pues el desarrollo del barrio ha ido en avance y sigue recibiendo más personas de otros
departamentos del país, desplazados por la violencia o cansado del abandono
gubernamental.
Las invasiones fueron
exitosas gracias a la fuerza del pueblo y aunque después de 15 años de
establecido en el lugar, una firma constructora, quien alegaba ser la dueña de
21 hectáreas que componen al barrio Vista Hermosa, quería quedarse con el terreno, los
habitantes pusieron resistencia y aún
siguen en sus hogares.
La comuna
Ocho se encuentra en el centro del desarrollo, sus barrios se ubican a un
costado de la troncal del Caribe y cerca al centro comercial Zazué Plaza y un compendio hotelero importante para
el turismo de la ciudad. Sin embargo sus habitantes padecen del abandono de las
autoridades y reclaman una mejor atención en servicios públicos, como el
alcantarillado que es insuficiente y es novedoso para el sector, pues nunca
antes tenían acceso a este servicio, el agua también escasea y los habitantes sufren de constantes cortes de
luz. “Da tristeza.
A esta zona hay que mirarla, porque el desarrollo de Santa
Marta está por la comuna Ocho, por aquí es donde entra la ‘platica’, tenemos el
aeropuerto cerca, grandes hoteles y un
centro comercial”, dice Carlos Lugo, expresidente de la junta de acción comunal
del barrio La Paz. Lugo es uno de los líderes más representativos de esta
comuna, su trabajo comunitario inicia desde las primeras invasiones y no
descansa en buscar el bien para todos.
El
dolor de cabeza de los pobladores de la comuna Ocho es en temporada de
vacaciones, cuando los hoteles utilizan más litros de agua para satisfacer del
líquido a los extranjeros y turistas nacionales. “El agua para esta parte tiene un sentido, el agua la tiran de
Gaira, por la zona baja, por donde está
el ferrocarril. Por las construcciones hoteleras se necesita mucha agua y
bombean, bombean normal, cada uno tiene sus grandes albercas y la presión no da
para abastecer de agua todo el sector”, añade Carlos Lugo.
Los
planes de la alcaldía y Metroagua se basan en la creación de 32 pozos de agua para contrarrestar de
alguna manera el problema que afecta al Distrito. Ninguno de estos pozos será
construido en la comuna Ocho, donde existen fuentes de suministro de agua, pues sus tierras están
cercanas a la Sierra Nevada. Pero lo
extraño es que algunos de los habitantes no están de acuerdo con la
construcción de pozos en este sector, pues por falta de alcantarillados se han
implementado fosas sépticas y los pozos
de agua se contaminarían, lo que
causaría que el agua no sea apta para el
consumo humano.
La Paz y
los demás barrios siguen recibiendo
a diario familias desplazadas y el crecimiento poblacional natural también
es un factor influyente. Las invasiones
no son tan exitosas en esta época, pues las autoridades han hecho un control
más exhaustivo. Santa Marta crece
tanto a lo ancho como en altura, lo que desde la perspectiva de desarrollo es
fundamental, pero también es un llamado de atención a la autoridades a
organizarse para tener mayor cobertura y a los ciudadanos a ahorrar más agua, a
cuidar la naturaleza y tener más conciencia del preciado líquido que es uno de
los cuatro elementos esenciales para la vida.
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